Estaban alegres los jugadores del Barça. Alegres, pero sorprendidos. ¿Quién no podía estarlo viendo a Tito ahí, a su lado, en el campo de entrenamiento, como si nada hubiera pasado? Pero pasó y no hace tanto tiempo. Ni siquiera dos semanas han transcurrido desde que el técnico del Barcelona entró en la sala del quirófano. Desafiando a todos los pronósticos médicos, el técnico acudió por la mañana a su despacho.

No eran ni las nueve y media de la mañana y ya estaba allí, después por la tarde se puso el chándal y dirigió el entrenamiento vespertino, dejando una imagen para la esperanza: ese sentido, profundo y emocionado abrazo con Eric Abidal antes de ponerse a trabajar ambos. Cada uno en lo suyo. En lo suyo que es, en realidad, lo de todos.

Más ánimo al equipo

Ni Abidal estuvo solo. Ni Tito tampoco lo está. Pero han sido ellos, precisamente, los que más energía han transmitido al grupo. Ayer, pocos esperaban en la ciudad deportiva al técnico en el retorno a los entrenamientos tras las vacaciones navideñas. Si acaso Jordi Roura, su ayudante, el que mandaba en la sesión matinal con los nueve azulgranas que jugaron anoche con Cataluña.

Llegó, sin embargo, Tito a primera hora, mucho antes que los futbolistas convocados. Y algunos, como Iniesta, que no lo estaban, aunque también se pasaron por la ciudad deportiva. Subió al despacho, charló con Roura y Altimira, después con los jugadores, a los que animó con su sola presencia, y antes de que estos dejaran el campo de entrenamiento él volvía a casa. Pero por poco tiempo.

Empeñado como está en derrotar a la enfermedad como ya hizo hace más de un año, Tito se presentó por la tarde para colocarse el chándal y trabajar pensando en el derbi. Si de él depende, se sentaría el domingo en el banquillo del Camp Nou para dirigir al Barça en el derbi. Pero no todo depende de él. Los médicos tendrán, como es lógico, la última palabra. Pero el poder de los gestos de Tito (despidió el 2012 jugando un partido de pádel con Adrià, su hijo, e inicia el 2013 con la rutina antes de la enfermedad) invitan al optimismo.