"Ha sido muy duro. Lo están pasando mal. Se conocen de toda la vida de la calle. Son todos del pueblo. Han ido durante muchos años al mismo colegio, no es lo mismo que en la ciudad, que en los equipos cada uno viene de una parte y van a distintos centros y muchas veces no tienen tanto contacto". Lo cuenta, emocionado, Felipe Holgado. El, como otros muchos, acababa de asistir al entierro del joven futbolista. Como la familia entera del Amanecer, un club modesto que no hace muchos años llegó a militar con éxito en Tercera División, estaba abatido. Ahora toca levantarse del tremendo varapalo sufrido. "Esperemos que los juveniles no vuelvan a jugar hasta el próximo mes, cuando se hayan recuperado en lo posible". En el corazón de todos ellos, aseguran en el club, siempre seguirá ´Verdi´.