Todos los resultados analíticos practicados durante el Tour de Francia en busca de sustancias y métodos prohibidos han resultado negativos, según ha informado este martes oficialmente una portavoz de la Unión Ciclista Internacional (UCI). La federación de ciclismo ha afirmado que los controles realizados durante la última edición de la ronda francesa, ganada por el británico Chris Froome, eran "imprevisibles" y por lo tanto resultaron más difíciles de burlar en el supuesto de que algún participantes hubiese apostado por las prácticas prohibidas.

Durante la grande boucle de este año se intensificaron los controles, tanto los habituales, al término de las etapas, en el furgón instalado en la línea de meta, como los que se realizaron por sorpresa, en los hoteles que ocupaban los corredores. A diferencia de pasadas ediciones, a los corredores se les escogió de forma aleatoria a la vez que los principales protagonistas de la prueba, sobre todo los diez primeros de la general, superaron más análisis, tanto de orina como de sangre, que en ediciones preferentes. "Todos los corredores fueron muy controlados con un cambio de estrategia importante. No ha habido resultados anormales", ha insistido Francesca Rossi, la científica italiana que dirige la Fundación Antidopaje del Ciclismo. En total, durante las tres semanas de competición y en los días previos al inicio de la carrera en Córcega se efectuaron 622 controles, 443 de ellos fueron de sangre, esencialmente en el cuadro del pasaporte biólogo del ciclista y otros 179 de orina.