Motos de noche, bajo los focos. Algo insólito. Es así como arrancará este próximo fin de semana, en Qatar, el Mundial de motociclismo centrado en la categoría reina de MotoGP, en la que se ha producido, sin duda, los mayores cambios, no tanto técnicos como humanos. De nuevo, como ya ocurriera el pasado año con la conquista de los tres títulos (Marc Márquez, en 125cc; Toni Elías, en Moto2 y Jorge Lorenzo, en MotoGP), el motociclismo español será uno de los grandes protagonistas pues, de nuevo, contará con cuatro citas: Jerez (3 de abril), Montmeló (5 de junio), Aragón (18 de septiembre) y Valencia (6 de noviembre).

Mientras la pequeña cilindrada de 125cc apura su última temporada, camino de ser sustituida por la futura Moto3 (motores de 250cc y 50CV de potencia, monocilíndricos de cuatro tiempos), y la categoría de Moto2 recibe a un racimo de campeones procedentes del octavo de litro, entre ellos el campeón Márquez, la reina de las cilindradas espera recuperar su brillo de antaño e intentar que Jorge Lorenzo (Yamaha). La temporada pasada se llevó la mitad de los grandes premios (9 de 18), se subió al podio en el 80% de las citas (16 cajones de 18), ganó el título con mucha antelación y superó al subcampeón, Dani Pedrosa, por 138 puntos.

CAMBIO DE CROMOS Todos creen que ya nada será igual. Lo creen o lo intuyen porque el crono lleva algunas semanas pronosticando mayor igualdad que el año pasado. La Honda, en manos de Pedrosa y Casey Stoner, se ha convertido en un cohete, con truco o sin él, con embrague y cambio revolucionario o sin ellos, pero vuela. La Yamaha de Lorenzo no va mal, sigue ahí, intacta, con señas de seguir siendo una gran máquina y repetir título en esta categoría de 800cc, que el próximo año volverá a ser de 1.000cc. La gran incógnita es saber si Valentino Rossi, de nuevo el chico de moda al haber protagonizado otro sonoro cambio a Ducati, se recuperará a tiempo de sus operaciones como para convertir a la Desmosedici en campeona.

"Yo siempre he creído", señala con su habitual naturalidad Lorenzo, "que es más difícil llegar que mantenerse. Y lo digo porque cuando vas haciendo camino, cuando superas dificultades, cuando arrancas en 125cc, pasas por dosymedio , ganas carreras y hasta sumas algún que otro título, adquieres experiencia, aprendes, te curtes, te formas. Y cuando llegas a MotoGP, te enfrentas a las mayores dificultades, enormes, y es ahí donde empiezas a darte cuenta de verdad si sirves o no para esto". Y Lorenzo, que lo ha superado todo con nota, cree que "ya pocas cosas me pueden sorprender así que, venga lo que venga, siempre estaré preparado para superar esos retos porque, en el fondo, no serán nuevos".

Ni que decir tiene que Lorenzo no hace ni caso a los últimos ataques de Rossi, lanzados, desde un programa frívolo, desenfadado, popular de la televisión italiana (Chiambretti Night, de Canale 5), donde ha dicho que "Lorenzo es un grande porque ha sido capaz de poner a todo el mundo de acuerdo: cae antipático a todos. Merece un 9,5. No digo que sea inteligente porque es una palabra muy fuerte, digo que es listo". Hay quien cree que el Doctor , que no acaba de recuperarse de su maltrecho hombro derecho y vive a más de un segundo de sus adversarios de cúspide, ha empezado a desviar la atención de la pista. Tanto como para añadir presión a Stoner, otro de sus rivales. "En velocidad y talento es un 10, pero en táctica y en astucia merece un poco menos. Va un poco a lo loco y siempre comete los mismos errores". Eso sí, Rossi reconoce que aún no sabe cuando estará a tope. Ni él, ni la moto, con la que sigue peleándose en la pista para ponerla a su gusto. "He de reconocer que con el cambio de Yamaha a Ducati he añadido más presión sobre mis hombros, pero me gustan los retos, ya saben", reconoce el italiano.

Quienes parecen no tener problemas son los de Honda. Tanto Stoner como Pedrosa han copado los primeros puestos en todos y cada uno de los test que se han realizado hasta ahora. "Es mi mejor pretemporada y espero poder recoger los frutos en las primeras carreras", comenta el español, que hacía mucho que no tenía una precampaña tan limpia de lesiones y sustos y, con tan buena moto en sus manos.

ESPERANDO A ROSSI "Todos estamos muy satisfechos del trabajo que ha realizado Honda durante el invierno y, por lo que hemos podido comprobar, tenemos una buena moto", comenta Stoner, que quisiera "solucionar el hecho de que la moto es, a veces, muy inestable a la entrada de las curvas lo que me impide frenar con la agresividad que quisiera". Todos, desde Stoner a Pedrosa, creen que "habrá que esperar a Valentino porque él siempre llega, siempre está. Tarde o temprano presentará batalla", señala el piloto australiano, que, en el 2007, se coronó campeón del mundo de MotoGP con Ducati.