Las mirada ciclista de Río volverá a estar dirigida a un ciclista que quiere seguir haciendo historia y que se llama Chris Froome, un corredor que desea convertirse mañana miércoles en el segundo vencedor del Tour que, en el año de su victoria en París, en este caso la tercera, también se convierte en el ganador de la contrarreloj olímpica, tal como hizo Bradley Wiggins en los Juegos de Londres, donde el último jersey amarillo de los Campos Elíseos consiguió la medalla de bronce.

Froome se ha quedado en Río, como paso previo a la Vuelta, porque quiere ser campeón olímpico y, en principio, la modalidad de la contrarreloj le otorga más posibilidades que la prueba en línea, disputada el pasado sábado, con victoria de Greg van Avermaet. Allí, tal como sucedió, se daban otras circunstancias que en un momento podían enturbiar el camino hacia la victoria de los favoritos, tal cual le ocurrió a Vincenzo Nibali (operado el lunes en Brescia de la fractura de clavícula) que se estampó contra el suelo, en el último descenso, cuando iba lanzado hacia el oro. Froome depende de sí mismo, de ser más rápido que los demás y solo otro corredor, toda una incógnita por sus problemas físicos, Tom Dumoulin, parece destinado a enturbiar la ruta dorada del británico de Kenia.

Dumoulin sufrió una pequeña fractura en el brazo al cae en la penúltima etapa del Tour. El accidente pilló a sus padres volando hacia Río, convencidos de que el hijo se proclamaba campeón olímpico. Tras muchas dudas y entrenamiento para ver cómo aguantaba el hueso, Dumoulin se apuntó a los Juegos. El sábado tomó la salida (solo la tomó) porque el reglamento olímpico le obligaba a partir en la ruta para poder después afrontar la contrarreloj. Pero es evidente que la calidad de los entrenamientos no ha sido la misma con un hueso molestando al corredor. Y de ahí las dudas sobre el rendimiento del holandés y sus posibilidades de convertirse en campeón olímpico.

La distancia (54.6 kilómetros) y la dureza del recorrido (con dos subidas) acorta las posibilidades de los especialistas puros como el alemán Tony Martin (plata en Londres) y el suizo Fabian Cancellara, en lo que se prevé sea la última gran actuación ciclista, a los 35 años, del campeón de Pekín 2008. Tampoco hay que olvidar a Vasil Kyrienka, abanderado de Bielorrusia, que es el campeón del mundo.

¿Qué harán los españoles? De hecho Jonathan Castroviejotiene ciertas opciones de medalla, aunque su objetivo es lograr un diploma olímpico. La esperanza del corredor vizcaíno viene dada porque en el mundial del año pasado se quedó a solo tres segundos del bronce en un recorrido que le era menos favorable que el de ahora."Mi objetivo es pelear por un diploma, pero tampoco renuncio a una medalla después de quedarme fuera del podio en el Mundial por solo tres segundos". Su compañero del Movistar, Ion Izagirre, actual campeón de España, confía en correr lo más rápido posible para terminar "entre los 10 primeros con lo que ya me daría por satisfecho". La contrarreloj masculina se disputa entre las 15 y las 18 horas (horario europeo).

En categoría femenina, la gran favorita vuelve a ser la estadounidense Kristin Armstrong, que buscará un tercer oro consecutivo a un día de su 43 cumpleaños. Armstrong se proclamó campeona olímpica de contrarreloj en Pekín y en Londres.