Es difícil encontrar un jugador más polivalente que Arturo Vidal (Santiago, 22-5-1987). Le gusta tanto correr y luchar que es posible verle en todas las zonas del campo. En la selección, actúa de mediocentro y de lateral izquierdo, pero también se desenvuelve bien por la derecha. Le da igual. El corre y corre. Los problemas lo ha superado en la vida.

Vidal, el mayor de cuatro hermanos, se crió en una familia numerosa en la comuna chilena de San Joaquín, famosa por su pobreza. Su padre, "un terrible alcohólico", según los medios chilenos, trabaja de transportista y no ve a su hijo desde hace 15 años. Se ha perdido su genial evolución, que le ha llevado a Alemania, donde vive en una casa que vale un millón de euros. Rudy Völler, campeón del mundo germano, acudió en persona a Chile para llevárselo al Bayer Leverkusen, en el que tiene contrato hasta el 2012. El equipo de la aspirina pagó 5,6 millones de euros por lograr el 70% de su pase. Además de ser un seguro en la recuperación y el trabajo defensivo, Vidal posee un potente disparo y un buen remate de cabeza. En sus inicios, destacaba por su capacidad goleadora, pero en la selección de Bielsa se sacrifica más en labores de destrucción. Es lo que toca en un equipo tan ofensivo. Borghi, su entrenador en el Colo Colo, le recomendó que se cambiara el corte de pelo para llamar menos la atención y lo hizo.