Césped por albero. Pantalón corto por traje de luces. Balón por muleta. Pero el mismo sueño intacto en el corazón. Su pasión taurina y vistosas celebraciones con pase de maestro incluido le llevaron al apodo del Torero, aunque dentro del campo a él le gusta que le conozcan cómo quien es: Kike Márquez. Sus números esta temporada le llevarían al galardón de figura del año: 10 goles y 16 goles. Dobles figuras, mejor dicho. Pero los números no valen de nada cuando la faena no acaba con puerta grande. Y Kike Márquez conoce bien esta historia. Hasta en tres ocasiones se ha quedado a las puertas del ascenso y, por ende, de la Liga de Fútbol Profesional. Cuando este año le llamó el Extremadura, pensó que era su último tren hacia la Liga 123. «Y no me lo pensé». Es mi gran sueño». Y el de todo Almendralejo.

Kike Márquez se ha ganado el corazón de los azulgranas. Debajo de su aparente rebeldía sobre el verde plagada de retos y fantasía casi a medias, se esconde un tipo afable, cercano, humilde y cariñoso. Un jugador cocinado en las playas de Sanlúcar de Barrameda. El niño que sale de la calle para volar alto con una pelota.

El andaluz se ha encontrado el ambiente familiar que necesitaba en Almendralejo para sentirse importante. «Esta gente me ha dejado muy sorprendido. Sabía que aquí se vivía el fútbol, pero es impresionante. Sales a la calle y todo el mundo te está animando. Se paran contigo, te dan ánimos constantes. Están entregados al equipo», reconoce. Lo dice un tipo que ha respirado el ‘cadismo’, con el que se ha quedado dos veces a las puertas del ascenso. Particularmente dura fue una eliminación en la última eliminatoria, ante el Real Oviedo. «Tengo esa espinita clavada ahí desde hace tiempo, pero tengo la sensación de que ha llegado el momento de quitármela». Tampoco pudo ascender con el Racing de Ferrol. El domingo, ante el Cartagena, es su gran oportunidad.

Positivo

«Si te digo la verdad, siempre he sido muy negativo en este tipo de ocasiones, pero cuando perdimos en casa contra el Mirandés, mi mente se transformó y empezó a pensar en positivo. Y ahora estamos con confianza positiva. Y lo siento mucho», apunta el de Sanlúcar. Kike Márquez resta importancia a la presión que pueda ejercer el Cartagonova. «Sabíamos que ellos iban a llenar el campo. Era lo normal. Pero nosotros tendremos a nuestros mil valientes y mucha fe. Debemos estar tranquilos y jugar ese partido con cabeza y corazón», apunta.

El diez azulgrana escribió a inicios de semana en sus redes sociales que el del Cartagena sería el partido más importante de su vida. «Y así lo sigo pensando. No sé si será la última oportunidad de jugar en Segunda, mi gran sueño desde hace tiempo. He tenido la oportunidad, pero por unas circunstancias o por otras no he podido. Y ahora siento ese sueño muy cerca».

Márquez reconoce que, en el partido de ida, no se encontró cómodo. «Personalmente, creo que fue uno de los peores partidos del playoff para mí, pese a dar la asistencia de gol a Pardo. Espero ahora con ganas el choque de Cartagena. Es un campo que me gusta mucho». Y que se le da bien, pues allí supo marcar este año con el Extremadura y también lo hizo en el pasado con el Atlético Sanluqueño.

Márquez reconoce que hay mucha gente detrás de este club trabajando para que el Extremadura logre el sueño de toda una región. Y elogia a Antonio Muñoz, «el hombre que hace posible que nos sintamos como en un equipo de Primera División».

El Torero del Extremadura sueña con salir por la puerta grande del Cartagonova el domingo, “pero sueño que lo hagamos todos juntos, de la misma manera que hemos llegado hasta aquí”. Con espada en mano y muleta al viento, a rematar la faena, torero.