Fernando Torres, delantero internacional que el pasado sábado marcó los dos goles del triunfo de España en Bélgica, reconoció que se ha "quitado un peso grande de encima" y que "marcan un antes y un después" en su carrera en la selección nacional.

"Me hacía falta un buen partido, marcar para quitarme un peso grande que tenía encima en los últimos partidos. No lo estaba haciendo bien, tenía ansiedad por marcar y me estaba poniendo trabas. La confianza me llega con el gol. El partido ante Bélgica puede marcar un antes y un después para mí. Tengo tranquilidad porque ha pasado lo difícil", manifestó.

"Tengo 21 años y me queda mucho que decir con mi selección. Espero que desde ahora vaya todo mejor y siga haciendo goles para seguir mucho tiempo", agregó.

Curiosamente, Torres dedicó el gol que rompía su mala racha en la selección a Sergio Ramos, el defensa del Real Madrid, que le había anticipado que marcaría. También bromeó con el pase de Reyes: "se lo agradeceré invitándole a comer".

"Tenía muchas ganas de marcar con la selección y más en un partido tan importante. Al hacerlo te liberas, te quitas todo lo malo que pasó el año pasado y deseas seguir rápido en el siguiente partido. Ojalá me vaya igual en San Marino", admitió.

El delantero español recordó los sentimientos que se le agolparon cuando marcó. "Se me pasaron por la cabeza todos los partidos en los que la pelota no quería entrar. Con el gol se olvida todo y espero que sea el inicio de muchos partidos buenos. Al marcar grité por alegría, por la importancia personal para mí y sobre todo porque nos acercamos más al Mundial".

Con humildad

Fernando Torres realizó autocrítica ahora que le llegan buenos momentos y agradeció la exigencia que dice sentir, desde que saltó al primer equipo del Atlético de Madrid y logró con rapidez la internacionalidad absoluta. "Siempre soy positivo. Todas las críticas, tanto buenas como las malas de últimamente, las he escuchado y me ayudan. Las puedo utilizar en el campo. De los malos momentos se aprende, se sacan conclusiones positivas. A partir de ahora aprenderé de los errores, espero no volver a cometerlos y que las críticas sean mejores".

"Cuando la gente espera mucho de ti y juegas mal o estás un mes sin marcar hay muchas críticas. Se espera mucho de mí y lo agradezco porque significa que la gente está expectante. Prefiero no ser uno más y que la gente esté pendiente de mi para lo bueno y lo malo. Es la presión que llevo asumiendo desde los 17 años", concluyó.

Los internacionales entrenaron de forma suave desde las 11.00 horas en La Ciudad del Fútbol, tras llegar desde Bélgica alrededor de las cuatro horas de la madrugada y tuvieron la tarde libre. No estuvo ya Míchel Salgado, que abandonó la concentración al no poder jugar el miércoles en San Marino por la amarilla que recibió que le obliga a cumplir ciclo. Su puesto lo ocupará Sergio Ramos. Lo mismo ocurre con el barcelonista Xavi Hernández, a cuyo lugar aspiran Baraja y De la Peña.