Es el Tour de la igualdad, aquel en el que nadie destaca por encima de los demás. Es la ´grande boucle´ de las 15 etapas disputadas y los 2.633 kilómetros recorridos en que seis corredores, de Frank Schleck a Carlos Sastre, poderío del CSC, se encuentran en el pañuelo de 49 segundos. Es la ronda francesa de incierta definición. Hagan apuestas. ¿Quién ganará? Complicado acertijo, difícil previsión.

Pasó Prato Nevoso y Cadel Evans demostró que no era tan fiero como pintaba, con un abulense de nombre Sastre con todas las posibilidades, con Valverde recuperado tras el batacazo del Tourmalet y con la piel de gallina y el susto en el corazón por la escalofriante caída de Oscar Pereiro, que se saldó con el abandono y una doble fractura en el brazo izquierdo. Se podía haber matado.

Un hecho parece claro. El CSC tiene tomado el pulso al Tour. Los daneses de Bjarne Riis son infinitamente superiores al resto de contrincantes. Su ciclista poderoso es Sastre, quien ayer se mostró como el más resuelto entre los aparentes principales candidatos al amarillo de París (Menchov y Evans serían sus dos grandes rivales), aunque pendiente de lo que puedan hacer el emergente Frank Schleck, delfín de oro del corredor de Avila, o el sorprendente Bernhard Kohl, segundo de la general.

SIN PATRON Ya ha quedado demostrado. Al Tour 2008 le falta un patrón. Evans se ha pasado toda su vida ciclista agarrado como una lapa a las ruedas de los otros escaladores. A los 31 años no va a cambiar. Posiblemente conocedor de sus limitaciones, jamás se ha atrevido a atacar. Tal vez por esta razón, porque no estaba seguro de retener el maillot en sus espaldas, abrazaba cada día al león de peluche que le entregaban por ser el líder como si fuera el juguete predilecto de un niño travieso.

Pero aquí no valen las travesuras. Aquí solo cuenta no fallar. Aquí hay miedo a atacar. Y ya nadie cree en milagros o hazañas poco creíbles, tras el ejemplo del Saunier Duval. Hay que correr con una calculadora en la cabeza, la que indica cuántas fuerzas hay que ahorrar y la que recuerda que mañana (hoy descansa la prueba en Cúneo) se ascienden la Lombarde y La Bonette y que pasado mañana llega la etapa reina con el Galibier, la Croix de Fer y Alpe d´Huez por el camino. Como para atacar de lejos.

CAIDA DE MENCHOV Para pelear por este Tour hay que tener la cabeza fría y la mente despejada. Y en este arte solo Sastre y Menchov superan a sus rivales. Sastre disfruta subiendo los puertos, como ayer Prato Nevoso, en última posición del grupo para analizar a los rivales. Menchov solo es amigo de lanzar un ataque, como hizo ayer, tan letal y tan rápido que le patinaron las ruedas por un asfalto húmedo. Otro batacazo. "Si Menchov no se llega a caer estoy seguro de que nos saca tiempo porque todos íbamos al límite", reconoció Sastre.

Porque Sastre pasó al ataque. Apenas quedaban tres kilómetros. Ya no había tiempo de pelear por la etapa, la que perdió Egoi Martínez ante el australiano Simon Gerrans. Sastre se decidió por la ofensiva, demarró y se llevó a Menchov y al sorprendente Kohl. Sastre mostró sus intenciones y hasta soltó a Menchov en el último kilómetro. Corre mentalizado. Valverde hizo noveno. Hay Tour. Hay vida. Que nadie lo vuelva a destrozar.