El pelotón continúa envenenado. Sigue lleno de unos cuantos sinvergüenzas, tramposos sin escrúpulos que, aparte de poner seriamente en peligro su salud, quiebran también la del ciclismo, la del Tour, la de los aficionados y hasta la de los cronistas que realzan y creen en sus hazañas. Riccardo Riccò, esperanza italiana, figura que miraba hacia el futuro, la estrella de su país para los Juegos de Pekín, el ciclista que había entusiasmado en el Aspin con su furioso ataque, no era sino un nuevo prototipo de la química. Dio positivo por EPO. Tercer caso, tercer participante que no escarmienta.

Pero Riccò no se fue ayer solo del Tour en Lavelanet, donde fue detenido. Le acompañó todo el Saunier Duval. Se marcharon de forma voluntaria pero, posiblemente, cinco minutos antes de que los echaran, porque la dirección de la grande boucle no cree en los encantamientos de hadas cuando dos corredores llegan a la cumbre de Hautacam cogidos de la mano y desafiando el sufrimiento de los demás. La caldera amarilla explotó en el momento en que los gendarmes entraron en su flamante autobús y se llevaron a Riccò. Se esfumaron las dos victorias del italiano (una de las cuales se adjudicará Valverde) y el cariño del público hacia su ídolo, en un país, Italia, donde el Tour estaba batiendo récords en televisión.

El Saunier Duval se apartó del Tour por la puerta de atrás. "Nos vamos por respeto al Tour y a nosotros mismos", declaró Josean Fernández Matxin, el director de un equipo que el año pasado ya ofreció el controvertido positivo, todavía en fase de aclaración, de Iban Mayo. Y se fue después de que los máximos responsables de la carrera advirtieran a Mauro Gianetti, mánager de la escuadra, no volver a repetirse las exhibiciones de Hautacam.

LAS DUDAS. Dejaron el Tour con la duda de si habrá más positivos en sus filas y con la mosca detrás la oreja de Christian Prudhomme, director de la ronda francesa, que ayer por la tarde en Narbona cargó toda su artillería contra el técnico vasco: "El director del Saunier no tiene moral. En poco tiempo sabremos la verdad sobre este equipo". No puede ser que se produzcan victorias como la de Hautacam. Un triunfo tan aplastante no es normal", afirmó.

En efecto, en Hautacam Leo Piepoli y Juanjo Cobo, primero y segundo, humillaron al resto de concurrentes en la prueba. En Hautacam, Riccò, que ya había dado positivo en la cuarta etapa aunque todavía no se sabía, esprintó por la tercera plaza y con su maniobra privó al CSC y a Frank Schleck vestirse de amarillo por un segundo. Riccò, 24 años, tercer positivo del Tour y evidencia de que todavía hay muchos que no han aprendido la lección.

DUEÑAS, EN LIBERTAD El ciclista español Moisés Dueñas, que dio positivo en la cuarta etapa como Riccò, fue puesto ayer en libertad tras confesar que se dopaba a espaldas de su equipo. La fiscalía de Tarbes le imputa sendos delitos de tenencia de sustancias venenosas e importación de mercancías prohibidas, penados con hasta dos y tres años de cárcel, respectivamente.

El Tour celebró que la rigurosidad de los controles de la agencia francesa haya apartado a los tramposos de la prueba. "Realizamos de 12 a 13 análisis diarios. Han caído tres tramposos, pero a la vez los controles demuestran que hay mucha gente que nada tiene que reprocharse. La situación es aceptable", defendió Patrice Clerc, presidente del Tour. Aceptable o no, lo lamentable es que muchos no escarmientan en una prueba que sigue azotada año a año como una pesadilla por la lacra del dopaje, que parece no tener fin pese a la lucha contra ello.