Michael Schumacher, de 40 años, vencedor de 91 de los 249 grandes premios que ha disputado (en 154 de ellos se subió al podio), poseedor de siete títulos mundiales de F-1 (1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004), lo tiene ya casi todo a punto para su regreso, el próximo 21 de agosto, en Valencia. Pero el alemán quiere tenerlo todo, o casi todo, controlado. De ahí que durante estos días se esté machacando en el gimnasio para reforzar los músculos de su cuello ("hasta que no estemos seguros de que está preparado, no anunciaremos su vuelta", señala Sabine Kehm, su portavoz) y haya encargado un casco especial, reforzado con titanio en su visera, para evitar que la casualidad que por poco mata a Felipe Massa vuelva a repetirse.

El casco, que costará 12.000 euros (le están construyendo tres idénticos), ha sido decorado por su diseñador favorito, el artista alemán Jens Munser, y casi todos los adornos tienen caracteres orientales. El Picasso de la automoción , como llaman a Munser, ha dibujado en chino los nombres de Corinna, Gina y Marie, mujer e hijas de Schumacher, en el lado izquierdo del casco y el del piloto y su hijo Mick en el derecho. Un enorme dragón y siete estrellas (una por título) completan el casco del heptacampeón.

Regreso millonario

Schumacher, que asegura que regresa "por fidelidad hacia el equipo, hacia Ferrari", cobrará un millón de euros por cada carrera que dispute en sustitución de Massa, que el sábado anunció que espera regresar este mismo año al Mundial. Schumi , pues, ganará 10.526 euros por cada minuto de carrera (si es que acaba el GP de Europa) o, lo que es lo mismo, 3.246 euros por kilómetro. "Vuelvo por culpa de una situación desafortunada y muy desgraciada para Ferrari", añade el campeón germano, que aprovechará la circunstancia para demostrarle a la firma de Maranello que merece la pena que le renueve su contrato como embajador de la marca, por el que la scuderia le paga cuatro millones de euros al año. Curiosamente, ese contrato concluye a final de la presente temporada. Hay quien asegura que la fortuna personal de Schumacher asciende ya a 700 millones de euros.

Schumi , que hace unos días dio 67 vueltas al circuito de Mugello, propiedad de Ferrari, con un antiguo F2007, no ha podido lograr el permiso de los equipos (Frank Williams ha sido el más reticente a concedérselo) para probar el flamante F60 que ha estado pilotando hasta ahora el brasileño Massa.

Con casco de titanio o sin él, con el cuello reforzado o flácido, en Valencia o donde sea, es evidente que la reaparición de Schumacher, que se retiró hace dos años, ha provocado una enorme expectación en el circo y está a punto de salvar de la quiebra a los organizadores valencianos. Incluso las casas de apuestas británicas han experimentado una enorme actividad y muchos, sí, apuestan por una victoria del piloto alemán.

"Confío tanto en Michael --acaba de declarar Ross Brawn, el mago que heredó Honda y lidera el campeonato del mundo de la mano de Jenson Button-- que si tuviera que apostar 10 euros por la victoria en el campeonato de Jenson o una victoria de Schumacher, apostaría cinco euros a cada gesta porque estoy convencido de que ambas se van a producir".

Tras pasarse dos días encerrado en Mugello, Schumi se trasladó a un circuito de karting cerca del lago Garda, junto a una de sus mansiones. Y lo hizo tras perder casi cinco kilos. Allí, en compañía de los técnicos de su equipo de karting, estuvo rodando por espacio de cinco horas junto a Luca Badoer, uno de los pilotos probadores de Ferrari e íntimo amigo suyo.

Máxima felicidad en Ferrari

"No esperamos nada especial de él --dice Montezemolo--, pero puedo asegurarles que nada más saber que Michael regresaba al equipo le cambió la cara. Todos estamos felices en Ferrari de volver a ver a Schumacher pilotando uno de nuestros monoplazas". De ahí, tal vez, que paguen gustosos el millón por gran premio y, por supuesto, el millón acordado por victoria.

Nadie cree que Schumacher vuelva para cubrir el expediente, pero tampoco se fían.