El jurado ha concluido que las 96 personas que fallecieron en el estadio de Hillsborugh no fueron "muertes accidentales", sino que la responsabilidad de la policía y las malas decisiones que tomaron sus mandos tuvieron mucha parte de culpa en el fatal desenlace que se vivió en el estadio de Sheffield el 15 de abril de 1989, donde iba a disputarse el partido Liverpool-Nottingham Forest, una de las semifinales de la Cup.

El veredicto del jurado, reunido en Warrington, al norte de Inglaterra, establece que lo ocurrido fue "homicidio involuntario" atribuible a la actuación de la policía presente en el estadio, antes y después del partido. La nueva calificación exonera a los aficionados, cambiando así la sentencia del primer juicio, en el 2012, cuando se dictaminó que el desastre había sido accidental. Las familias de las víctimas, todas del Liverpool, apelaron entonces exigiendo una nueva investigación, que empezó en marzo del 2014 y en la que han intervenido 800 testigos.

La sentencia establece que hubo "una grave negligencia" en la intervención de la policía, personalizada en el comandante David Duckenfield. Los errores de crearon una situación de peligro en los accesos al estadio y en el control de la zona acotada para los aficionados del Liverpool.