Al contrario de lo que sucede en Cáceres, en el Plasencia la tranquilidad institucional ha sido una constante. Martín Oncina presume de tener "una de las mejores directivas, en la que todo el mundo se deja la piel". Y es que el presidente está arropado por una decena de personas que trabajan en todos los aspectos dentro un club que no está aún demasiado profesionalizado: sólo tiene un empleado. Los jugadores no han pasado problemas para cobrar en ningún momento. El club ha expresado su agradecimiento por ello a sus principales patrocinadores y al ayuntamiento. "Elia María Blanco, la alcadesa, es una de las artífices de este proyecto", apunta Martín Oncina, recordando los días en los que se reunieron los requisitos para adquirir una plaza en la Liga LEB, el pasado mes de julio.