La selección española de waterpolo se liberó del peso de la derrota de la primera jornada ante Italia con un triunfo difícil y que exigió un trabajo máximo ante Estados Unidos (9-10), que aún no conoce el triunfo. Fue un partido denso y bronco, que terminó con los jugadores estadounidenses y el banquillo español dedicándose mutuamente gestos de desagrado. Tres goles fue la mayor ventaja que tuvo España, que debía ganar para encaminar el camino a los cuartos de final.