LECHE RIO BREOGAN - 79: Jeff Adrien (16), Eric Coleman (13), Jordi Vallmajó (0), Beitinho Gomes (2), Jeff Xavier (9) --cinco inicial-- José Oubiña (0), Arnette Hallman (7), Javier Román (7), Nacho Ordín (12), José María Balmón (5), Guillermo Pereiro (0).

CACERES 2016 - 105: Drew Naymick (10), Randy Holcomb (17), Pavel Ermolinski (11), Francis Sánchez (10), Xavi Forcada (2) --cinco inicial-- Perico Sala (4), Gio Dedas (18), Alex González (8), Diego Guaita (12), Lucio Angulo (4), Roger Fornas (9).

ARBITROS: Pagan y González. Sin eliminados.

El Cáceres 2016 sumó su segunda victoria a domicilio, al derrotar con contundencia al Leche Río Breogán (79-105), de la mano de su gran acierto exterior. Una victoria de postín, tanto por la forma en que fue concebida como por la entidad de rival, que ya había derrotado en su pista a dos aspirantes al ascenso como el CAI Zaragoza y el Melilla.

Los cacereños no pudieron empezar mejor el encuentro. A pesar de los problemas de faltas desde el inicioi de uno de sus jugadores más determinantes en la faceta defensiva, de Naymick, los jugadores extremeños supieron aplicar a la perfección las instrucciones de su entrenador, Piti Hurtado, en forma de una defensa zonal, que tomó distintas disposiciones, se alternó con defensa individual y a la que los lucenses no supieron hacer frente en todo el primer cuarto.

En la faceta ofensiva, Lugo asistió a la resurrección de los visitantes. Atrás quedaron los pésimos porcentajes de encuentros anteriores: Francis Sánchez atinó sus dos primeros intentos y abrió una brecha que un siempre espectacular Holcomb se encargó de mantener (12-20 en el minuto siete).

El Breogán manejaba una buena selección de tiro, pero el acierto no acompañaba en absoluto, sobre todo en el juego exterior. Conforme evolucionaba este primer periodo, el Cáceres 2016 fue añadiendo el dominio en la faceta reboteadora y, con ello, consiguió bloquear el abc del juego celeste: defender, rebotear y anotar en transición.

El 17-25 que reflejaba el luminosos al final del primer periodo parecía hasta un premio escaso para los méritos del visitante, mucho más entonado.

SENTENCIA El partido se rompió de manera definitiva en el segundo cuarto. Hurtado mantuvo su defensa zonal, muy abierta y con gran intensidad por parte de todas las piezas del sistema, y el Breogán comenzó a pecar de precipitación: olvidó a sus jugadores interiores, precipitó sus ataques a la canasta en forma de lanzamientos de tres sin elaboración previa alguna y no supo traducir la intensidad de su defensa en canastas más sencillas. Por el contrario, el Cáceres 2016 si supo explotar sus ventajas y las múltiples imprecisiones de los lucenses en el pase apenas sin efuerzo y cuando no había posibilidad de conseguir esas canastas fáciles aparecían Holcomb, con su potencia, o Dedas, siempre inspirado en sus visitas a Lugo, con sus tiros (29-43 en el minuto 17).

En los minutos finales de este cuarto, se asistió a la parte más desagradable del encuentro con una técnica a Francis Sánchez por encararse a parte de la grada, lo que llevó a un exceso de nervios de ambos conjuntos y condujo al partido al más puro caos. Al final de la primera mitad, 34-51.

La posibilidad de la remontada se esbozó en los primeros instantes de la reanudación, con un parcial inicial de 5-0 y ciertos problemas de Cáceres para encontrar posiciones de lanzamiento. Un espejismo para los lucenses: pronto aparecieron las defensas alternativas mentadas, esta vez combinadas con una excelente dirección tanto de Pavel Ermolinskij (completo como siempre y más acertado ante cansta como es común) como de Períco Sala, que ofreció un clinic de juego con los pívots a base de dividir y asistir. Sólamente, Jeff Adrien daba la cara por un Breogán que se fue diluyendo conforme se estabilizaban las ventajas en torno a los veinte puntos.

Dedas y Guaita tomaron el relevo en este cuarto y sofocaron toda posibilidad de remontada ante un Breogán que pareció entregar sus mejores armas al adversario, siempre potente en el rebote, veloz en la transición y acertado en el pase. El 54-75 del final del tercer cuarto lo decía todo. El último cuarto dejó sólo pinceladas de adorno.