Tres equipos, tres resultados, tres estados de ánimo entre los extremeños de Segunda División B. El Badajoz empató, segunda igualada seguida en casa, y abandonó el campo con la sensación de decepción, de que no salen las cuentas para alcanzar el ambicioso objetivo que se han marcado. Ganó el Don Benito, pero sufrió más de lo que cabía esperar después de ir ganando 0-3 en el minuto 69 y su entrenador aboga por mantener los pies en el suelo. Y perdió el Mérida, que no acaba de despegar, que no acaba de encontrar su estilo, que se hunde en la clasificación arrastrado por su propia ansiedad: es último y quien le precede en la tabla le saca ya tres puntos: la permanencia está a cuatro.

El Badajoz es el segundo mejor equipo a domicilio. Ha sumado la mitad de sus 22 puntos fuera del Nuevo Vivero (tres victorias, dos empates y una derrota). Los números en casa son exactamente los mismos, pero en una categoría donde amarrar los partidos como local, ese balance es negativo. «Cuatro puntos de seis se nos han escapado en los dos últimos partidos [en casa]. Las cuentas no salen», reconoció Nafti tras el duelo ante el Sanluqueño. También extrajo una lectura positiva el preparador: el gran número de ocasiones de gol que tuvieron los blanquinegros, lo que «me hace pensar que el futuro a nivel de puntos será mejor, nos tenemos que agarrar a esto en estos momentos». Tiene una difícil salida esta semana el Badajoz, que visita a la Balompédica Linense.

Los pies en el suelo pide mantener Juan García al Don Benito, que se asienta en mitad de la tabla, casi a la misma distancia del playoff de ascenso (6 puntos) que del descenso (5). Del partido ante el Sevilla Atlético los rojiblancos han sacado un aprendizaje importante «para intentar amarrar los puntos de una forma más contundente» y no relajarse nunca, aunque el preparador reconoce que a veces es lógico que esto pase cuando se gana 0-3 fuera de casa. «Eso hay que corregirlo», pedía el técnico, que analizará bien lo sucedido para reforzar lo positivo y mejorar lo negativo.

El Don Benito ha demostrado capacidad de regeneración, capacidad de levantarse de la lona en la que quedó tras el varapalo ante el Badajoz. Y de ello se congratula García, que ya se prepara para enfrentarse a otro filial, el Cádiz B.

Atenazados por la ansiedad

En una situación delicada se encuentra el Mérida, hundido en la clasificación y que no acaba de reaccionar a pesar del cambio de entrenador. Diego Merino ha tratado de imprimir su sello personal al equipo, pero la ansiedad por conseguir puntos están jugando en su contra.

En Cádiz se pudo ver a dos Méridas muy distintos. Uno en la primera parte, claramente sometido por su rival. Otro bien distinto en la segunda, cuando se deshizo de la presión del resultado e incluso pudo acabar empatando. «Hemos estado muy temerosos», reconocía Merino, «todo a nivel mental nos hacía daño».

Mejorar ese estado de ánimo, ajustar el nivel mental del equipo, es la asignatura pendiente del conjunto romano, obligado a reaccionar este mismo domingo ante un Algeciras que también lucha por la permanencia. «Hay que quitar el foco del resultado, jugar de tú a tú», apuntó Merino, que dijo estar «a muerte con los míos».