La casualidad ha querido que este fin de semana se despidiesen seguramente de los banquillos los dos mejores entrenadores que ha dado en cualquier deporte la región. Ambos nacieron en Mérida y les une una buena relación, pero han visto cómo los nuevos tiempos y las circunstancias les podían. Manolo Flores cogió al Barcelona de baloncesto en una situación muy difícil hace unos meses y, pese a alguna victoria de prestigio ocasional, no ha podido enderezar su rumbo. Volverá a los despachos y será difícil volver a verle entrenando, aunque su doble condición de mito azulgrana y del deporte extremeño resulta intocable.

Para otro ganador como Juan de Dios Román también ha tenido que resultar duro perder la última ocasión de ganar un título esta temporada con el todopoderoso Ciudad Real. Aún dolido por el subcampeonato en la Liga de Campeones, la eliminación en la Copa del Rey seguro que no frena su pasión por el balonmano.