David García Dapena, del Xacobeo Galicia, fue el vencedor en solitario de la decimoquinta etapa de la Vuelta, disputada entre Cudillero y Ponferrada, de 202 kilómetros, una jornada de transición en la que Alberto Contador paseó el maillot amarillo sin dificultad.

García Dapena secó las lágrimas de su equipo, hundido tras la derrota de Ezequiel Mosquera en la jornada anterior ante Contador y Leipheimer, acusados por Alvaro Pino de no haber querido dar un solo relevo. "Los pobres también sabemos hacer daño", dijo el técnico. Pues no hizo falta dañar a nadie, ya que este corredor de 30 años fue el más hábil dentro de un grupo de cuatro escapados y logró la etapa que tenía marcada desde antes de empezar la Vuelta.

El pitoniso de Marín entró en la meta de la capital del Bierzo con tiempo de sobra para vivir el mejor momento de su vida y rehabilitar al cuadro gallego, también de fiesta por haber asegurado su continuación en el pelotón la próxima temporada. Marcó un tiempo de 5h.02.27. Ganó la partida a rivales de postín, como el clasicómano belga Nick Nuyens y el español Juan Manuel Gárate, ambos a 17 segundos.

Tras el goteo de unos cuantos corredores que venían procedentes de la escapada del día, el pelotón cerró la jornada laboral a 14.22 minutos.

Tuvo un día plácido Alberto Contador, sin sobresaltos, con sus rivales acogotados tras dos días sometidos a los ataques del ganador del Giro. La general no se movió en la zona noble. El madrileño mantiene a Levi Leipheimer a 1.17 y a Sastre a 3.41. No se esperan cambios hasta la cronoescalada de Navacerrada, donde se espera otro show del pistolero del Astana.