Ocurrió tras el encuentro de la primera vuelta y está volviendo a pasar ahora. Las relaciones entre el Trujillo y el Azuaga continúan pasando un pésimo momento, esta vez a cuenta de la expulsión del trujillano José Luis Manzano en el choque del pasado domingo por una agresión al delegado visitante Manuel Ángel Moruno Gala.

Ambos clubs han cruzado comunicados en los que se acusan mutuamente de haber propiciado la situación.

Primero fue el Azuaga el que, tras condenar «cualquier tipo de conducta antideportiva y violenta», ofreció el máximo respaldo a Moruno, «que realiza sus funciones con la más absoluta profesionalidad y deportividad». También se ofrecía a colaborar con «autoridades y organismos competentes para que hechos como los ocurridos sean sancionados ejemplarmente».

El Trujillo tardó poco en responder. Apoyó a Manzano y denunció que el delegado rival «minutos antes de terminar el encuentro, y cuando nuestro jugador se dirigió a realizar un saque de banda frente al banquillo visitante procedió a golpearle, retirando la actitud mostrada a lo largo del encuentro». Y calcó el párrafo en la que se ofrece a ayudar.