Es pequeño, de plástico y cuesta poco más de un euro, pero su uso ha alejado de los cementerios a muchos deportistas que sin él se hubieran asfixiado con su lengua. Es el Tubo de Guedel y el pasado sábado protagonizó su última hazaña durante un partido de Regional Preferente en Montehermoso, cuando en las manos de Pulido, jugador del equipo local y enfermero de profesión, sirvió para salvar la vida de David Muñoz Pacheco , futbolista del Diocesano. Pero ese es solo el último episodio de una larga lista de deportistas que pueden contar su incidente gracias a un pequeño utensilio de plástico. Los hay de todas los deportes y de todas las categorías, aunque siempre es en las humildes donde más se sufren las carencias. Pero en casi todos los campos hay algún héroe.

Entre los que han probado el sabor de la cánula de plástico están, por ejemplo, el doble campeón del Tour de Francia y de la Vuelta a España Alberto Contador. Fue en mayo del 2004, con 21 años y cuando despuntaba por su gran proyección. El ciclista madrileño vivió uno de sus peores momentos durante la primera etapa de la Vuelta a Asturias. Sufrió una espectacular caída y en el suelo empezó a sufrir convulsiones. La rápida intervención del médico Santiago Zubizarreta, que le colocó un tubo de Guedel, le salvó la vida.

Uno de los casos más conocidos es el de Fabrice Muamba, un exfutbolista congoleño que se desvaneció durante un partido con el Bolton de la Premier. Sufrió un paro cardiado y la utilización del tubo de Guedel y del desfibrilador fue vital para que hoy pueda contarlo.

La historia es siempre la misma y en los terrenos de juego de Extremadura también hay muchos casos, unos documentados, otros seguro que no.

Casos similares

Ayer se cumplió un año de una intervención similar a la vivida en Montehermoso. En enero del 2012 fue en Almendralejo, en el Francisco de la Hera, en un partido de Tercera División entre el Atlético San José y el Ciudad de Plasencia. Al final del encuentro, Ricardo Durán, jugador del equipo local, cayó desplomado al suelo, provocando escenas de angustia entre los aficionados y sus propios compañeros. Fue atendido en el campo, donde le colocaron el famoso tubo que hoy le permite seguir dando patadas al balón en el conjunto almendralejense.

Antes, en febrero del 2009 y también en Almendralejo, Juan Pedro G. se desvaneció durante un partido de la liga comarcal de juveniles y fue auxiliado por los técnicos de su equipo. Tres años antes, en el 2006, otro juvenil, Ricardo Carril López Richard , otro juvenil del Flecha Negra de Badajoz sufrió un traumatismo craneoencefálico que le dejó inconsciente y paralizado en un encuentro contra el Atlético de Madrid en División de Honor de juveniles. El tubo de Guedel, colocado por el médico colchonero, le salvó la vida.

Le Federación Extremeña de Fútbol, consciente de la importancia de saber colocar el tubo de Guedel, ha realizado cursos en los últimos años para enseñar a usarlo, aunque lo más importante es que la cánula esté presente en los botiquines, algo que no es obligatorio, como sucede con el desfibrilador (presente en los campos de Segunda B), aunque en el caso de este último se puede achacar a su precio, más caro que el euro y medio que cuesta el tubo de Guedel.