Ismael Díaz, técnico del Cacereño, se mostró bastante contrariado tras el partido no por lo que habían hecho sus hombres sobre el terreno de juego, sino por el arbitraje. Aunque no quiso entrar en terrenos pantanosos y prefirió "no hablar más sobre el tema, porque llueve sobre mojado y nos podría complicar más la vida y dejo a la prensa que analice las demás circunstancias".

Díaz aseguró que la primera parte "fue decisiva. Tuvimos que irnos al descanso con 0-3 y un jugador más y acabamos con un solo gol y un partido muy desquiciado, por lo que a partir de ahí poco análisis se puede hacer. La segunda mitad fue una locura, un correcalles... Al final nos empataron y en un campo donde no gana nadie tenemos que dar el punto por bueno y felicitar a los jugadores".

Respecto a la jugada de la posible expulsión del meta bético, Ismael Díaz se quejó porque "los árbitros no se ponen de acuerdo y el Colegio de Arbitros se aclare y analice el reglamento, porque a los entrenadores ya no nos vale".

El técnico asturiano volvió a estar irónico a la hora de hacer conclusiones: "Mis jugadores, fenomenal. Una vez más acabamos con dos hombres menos por lesión... Todo fenomenal, nos vamos muy contentos y el Betis tiene un gran filial. Viva el fútbol". Díaz acabó "más que disgustado, impotente. Si hablo, peor. Si callo, me tengo que morder el veneno. Hicimos un partido para ganar y mira cómo nos vamos".