El extenso informe que la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha remitido a la Federación Española de Ciclismo no contiene ni estudios, ni dictámenes de especialistas que juzguen el hecho de si Contador ingirió clembuterol de forma accidental, tal como defiende el corredor, o si se dopó con la sustancia voluntariamente. El organismo internacional solo ha aportado cuatro artículos de revistas científicas. En cada uno de ellos se explica cómo puede llegar el anabolizante al cuerpo del deportista.

El primero de los escritos avala la tesis de Contador y habla de la posibilidad de contaminarse con clembuterol por la ingesta de carne. El segundo considera probable que el componente llegue al cuerpo humano de forma involuntaria por culpa de un complemento nutricional infectado. El tercero alerta de la existencia de un método de dopaje a través de microdosis de clembuterol. El último es un estudio sobre las transfusiones sanguíneas ilegales asociadas al agente prohibido.

Se trata, sin más, de documentación científica para que un organismo competente --en este caso el comité de competición de la federación española-- tenga datos para iniciar una investigación, hecho que, según las fuentes consultadas, no ha ejecutado la UCI, con el fin de dictar una resolución. El traspaso de los informes de Contador a España es la vía habitual para determinar si ha habido una violación del código antidopaje.

Los asesores del ciclista preparan ahora la vía jurídica para defenderlo ante el comité de competición pero, sobre todo, con argumentos lo suficientemente sólidos para evitar que el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) tumbe en un futuro la defensa de Contador. Los abogados del vencedor del Tour tienen en cuenta el precedente de la atleta Josephine Onyia. La federación española la exculpó de un positivo por clembuterol. La federación internacional (IAAF) recurrió ante el TAS y la velocista española de origen nigeriano fue condenada por dopaje. "Los argumentos eran poco convincentes. Nosotros no queremos cometer el mismo error", se defiende el entorno del corredor.

Contador cuenta con tres informes científicos que acreditan la contaminación alimenticia. Son los que presentará en la obligada audiencia ante el comité de competición, que deberá celebrarse antes de Navidad. Si se tiene en cuenta que la UCI no ha aportado ninguna declaración firmada por científicos y solo escritos sobre los cuatro supuestos que provocan la presencia de clembuterol en la orina, los juristas de la federación solo dispondrán de los expedientes de los investigadores contratados por Contador.

LA AMONESTACION Una posibilidad que empieza a cobrar fuerza es la de amonestar al corredor (lo que en fútbol sería una tarjeta amarilla) y que eso suponga una seria advertencia, insalvable en el supuesto de que en un futuro aparezca en la orina o sangre del corredor un agente sospechoso. "Es importantísimo que la base jurídica sea muy concluyente en el supuesto probable que la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) recurra la decisión española ante el TAS. Es más remoto que lo haga la UCI", explica una fuente conocedora del caso, ajena al entorno de Contador.

El ciclista cuenta con el asesoramiento de dos abogados. Uno es español. Se llama Andy Ramos y es miembro del bufete Bardají & Honrado, que lleva tiempo aconsejando a Contador en sus negocios. El otro es el letrado suizo Roco Torricelli, que acaba de ganar el caso ante el CONI.