Y la paz se hizo, lo que por otra parte tampoco ha sido una sorpresa. La Unión Ciclista Internacional (UCI) y ASO, la principal empresa del mundo ciclístico que organiza algunas de las principales pruebas del mundo, entre ellas el Tour y la Vuelta, han llegado a un acuerdo, después de la ruptura que se produjo a finales del año pasado y que puso al ciclismo en pie de guerra. La UCI anunció en el 2015 la nueva reestructuración del calendario mundial a partir de la próxima temporada. La reforma no gustó en París y retiró a sus carreras del programa UCI World Tour, lo que se denomina como la 'Champions' del ciclismo. En concreto quedaban fuera del control de la UCI, aparte de las rondas francesa y española, la París-Niza, París Roubaix, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja y el Critérium del Dauphiné.

El acuerdo firmado en Ginebra limita a 17 el número de equipos de la máxima categoría que se rebajará a 16 en el 2016, con lo que los organizadores disponen de más plazas para cursar invitaciones a sus carreras. Por su parte los equipos recibirán una licencia de dos años, que se renovará por otras dos temporadas a partir del 2019.