Lo último que pierde un heptacampeón también es la esperana. Michael Schumacher inició ayer en Jerez su cuenta atrás en la preparación del Gran Premio de Brasil, última prueba del Mundial de Fórmula Uno que se disputará el 22 de octubre y a la que el piloto de Ferrari llega con escasas opciones de quitarle el título a Fernando Alonso. La última esperanza del alemán es hacerlo perfecto en Sao Paulo --ganar-- y que su rival no puntúe.

Schumacher trabajó a fondo en la primera de las dos jornada de ensayos que tiene programada en el circuito andaluz.

El alemán demostró que está en plena forma para adjudicarse la carrera de Brasil. En tan sólo cuatro vueltas ya había marcado el mejor tiempo de la sesión con 1:17.700, para seis vueltas más tarde continuar su progresión hasta alcanzar un registro de 1:17.287.

Posteriormente trabajó en un extenso programa que incluyó neumáticos y motor y volvió a bajar sus mejores tiempos hasta establecer un 1:16.238, que se quedó a tan sólo seis décimas del récord de la pista, establecido por él mismo en septiembre de 2004.

Mientras tanto, el director de motores del equipo Renault, Denis Chevrier, restó importancia a las informaciones que insinúan que el Schumacher podría emplear tácticas cuestionables en Brasil para intentar arrebatarle el título a Alonso.

"No, no puedo imaginármelo", declaró Chevrier. "Estoy seguro de que será una lucha limpia, sobre todo porque Ferrari necesita acabar con sus dos coches para optar al título de constructores", explicó.

La lucha de De la Rosa

Mientras tanto, Pedro De la Rosa (McLaren) trabajó en Jerez en el nuevo motor, mientras que el británico Lewis Hamilton, compañero de escudería, se dedicó a conocer a fondo el monoplaza y trató de efectuar el mayor número de kilómetros posible. El español acabó con el cuarto mejor tiempo de la jornada (1:17.788), mientras que Hamilton lo hizo por detrás del español una décima más lento (1:17.818), algo que podría decidir cuál será el piloto de la escudería de participe en el Gran Premio de Brasil.