Por si no había tenido suficiente con sus siempre tediosos e imprevisibles viajes a Canarias, una de las trampas que encierra este grupo IV de la Segunda División B, el Extremadura despidió el año liguero con una nueva odisea, tan inesperada como molesta, que privó a los integrantes de la plantilla azulgrana de un día de vacaciones. La expedición almendralejense regresaba en la noche de ayer a la ciudad tras casi dos días y medio de viaje para afrontar el último compromiso del año 2003. Partió el sábado, con algún minuto de retraso sobre la hora prevista --las 9.30 de la mañana--, y regresó anoche faltando algunos para que dieran las 20.00 horas. ¿El motivo? Una avería en el avión que, procedente de Granada, tenía que llevarles de Melilla a Málaga donde enlazarían por carretera con la capital de Tierra de Barros el domingo por la noche.

Juanito, comprensivo

El presidente azulgrana, Juan Francisco Rodríguez Juanito , decía anoche que "se trata de imponderables contra los que no se puede hacer nada. Dentro del trastorno que nos causó, la compañía aérea nos proporcionó un hotel y se hizo cargo de los gastos. ¿Qué se le va a hacer?. Lo que más sentía el mandatario es que "a los jugadores se les ha privado de un día de vacaciones y eso no es agradable para nadie. Pero repito que son imponderables ante los que poco te queda por hacer más allá de aceptarlos".Sin embargo en Melilla no se perdió el tiempo. Si por la mañana los chavales del Club Natación Almendralejo, que estaban compitiendo en la ciudad, habían acudido a animar al Extremadura en su partido ante el Melilla, por la tarde, una embajada azulgrana hizo tres cuartos de los mismo. Juanito explica que "decidimos devolverles la visita, pasamos la tarde con ellos y la verdad es que fue emotivo e inolvidable". Añadió que "los gritos de ´Almendralejo, Almendralejo´ y ´Extremadura, Extremadura´ se hicieron dueños de la piscina".Cisqui, resignadoPor su parte, el entrenador azulgrana, Francisco Javier Diosdado Cisqui , se mostraba entre contrariado y resignado porque

"decidimos devolverles la visita, pasamos la tarde con ellos y la verdad es que fue emotivo e inolvidable". "los gritos de ´Almendralejo, Almendralejo´ y ´Extremadura, Extremadura´ se hicieron dueños de la piscina".

Cisqui "al final, este último partido, nos va a dejar un sabor de boca... Primero porque acabé el encuentro con la sensación de que el esfuerzo, el trabajo y la imagen de mis jugadores merecieron un mejor premio. Por supuesto que no desprecio el empate y le doy un gran valor. Pero los chavales merecieron más. Quizás por eso me duele más que hayan perdido un día de vacaciones".El entrenador azulgrana concedió vacaciones a sus jugadores tras el encuentro en Melilla y hasta el próximo lunes, día en el que volverán al trabajo en sesión vespertina. Eso sí, todos ellos llevan deberes para casa para que a la vuelta no tengan problemas con la báscula. Por último, Cisqui también tuvo palabras de agradecimiento para la embajada del CN Almendralejo que

Cisqui "nos hizo sentir como en casa con sus gritos de apoyo y sus ánimos en el partido.