Los ultras serbios, famosos por su virulencia, sembraron ayer el caos en Génova. Obligaron a suspender el duelo ante Italia a los seis minutos de juego en un ambiente lleno de tensión que no hacía presagiar nada bueno. En otros partidos de la jornada, Holanda, Francia, Alemania y Portugal ganaron sin problemas, mientras que Fabio Capello volvió a fracasar con Ingletarra al empatar ante Montenegro en Wembley (0-0).

Se esperaba con mucho temor la presencia de aficionados serbios en Génova y había razón para ello. Los hinchas balcánicos son temibles en sus desplazamientos por su comportamiento violento. El duelo entre Italia y Serbia se tuvo que suspender a los seis minutos para evitar cualquier desgracia. El colegiado escocés Craig Thomson tomó la decisión tras hablar con los capitanes.

En el estadio Luigi Ferraris no paraban de caer petardos y bengalas. Una de ellas estuvo a punto de impactar en el portero italiano Emiliano Viviano, lo que causó una gran inquietud en los jugadores.

Los prolegómenos también fueron muy complicados. El partido empezó con 37 minutos de retraso por los altercados protagonizados por los ultras serbios, tanto en las gradas como fuera del estadio. Antes de llegar al campo, unos 300 hinchas balcánicos causaron una batalla campal al lanzar piedras y petardos contra las tiendas del centro de la ciudad y las fuerzas del orden. Apedrearon, incluso, el autobús de su selección, hasta el punto de herir al portero Vladimir Stojkovic, que no pudo disputar el choque.

CERCA DE 1.500 HINCHAS La policía italiana detuvo a una decenas de seguidores serbios antes de entrar en el campo, pero la batalla siguió dentro. Cerca de 1.500 hinchas acudieron al partido pero, lejos de disfrutar del fútbol, se dedicaron a sembrar el caos en la gradas, lanzando bengalas. Los italianos respondieron abucheando el himno serbio, lo que encrespó aún más los ánimos de su rival. Los ultras balcánicos, que llevaban pancartas contra la independencia de Kosovo, causaron graves destrozos.