El Valencia aspira en la Liga a algo más que ocupar la tercera posición por detrás de Barça y Madrid, consciente de que la única opción para su viabilidad deportiva y económica es lograr como mínimo una de las plazas que dan derecho a disputar la Liga de Campeones. La que va a ser la cuarta campaña de Unai Emery en el banquillo estará marcada por el rejuvenecimiento de la plantilla, así como por la marcha de jugadores con salarios importantes y por la necesidad imperiosa de que las lagunas defensivas no supongan un lastre como en la temporada pasada.