UNICAJA: Cabezas (2), Brown (19), Herrmann (2), Garbajosa (22), Santiago (10) -cinco inicial-, Risacher (5), Nicevic (6), Rodríguez (7), Pepe Sánchez (1), Lázaro (-) y Pietrus (-).

GRAN CANARIA: Norris (12), Klein (3), Moran (5), Savané (12), Williams (7) -cinco inicial-, Guerra (4), Shaw (4), Winston (6), Martínez (3) y Baldo (8).

ARBITROS: Mitjana, Amorós y Perea. Sin eliminados.

MARCADOR POR CUARTOS: 17-16, 36-35, 57-46 y 74-64.

INCIDENCIAS: Segundo encuentro de las eliminatorias de cuartos de final de la 70 edición de la Copa del Rey.

El Unicaja superó el primer obstáculo de la Copa del Rey con holgura y detalles de equipo con aspiraciones reales al título después de veinte minutos de intensa oposición por parte del Gran Canaria que, de nuevo, ha abandonado la Copa sin superar los cuartos de final.

Harper Williams enchufó al equipo insular a la eliminatoria. Anotó la primera canasta, colocó un tapón a Cabezas y transformó un triple para colocar el marcador en 0-7 a los tres minutos. El Gran Canaria daba así el primer aviso. La semifinal ocupaba su mente y no iba a renunciar a ella tan fácilmente.

SOLIDEZ MALAGUEÑA La reacción malagueña llegó de inmediato. El Unicaja tampoco había olvidado la experiencia del Martín Carpena en Liga. Un 11-0 volteó el resultado y dio paso a un choque igualado y estudiado al milímetro por los dos entrenadores, Salva Maldonado y el italiano Sergio Scariolo. Los emparejamientos en las defensas individuales en ambas zonas revelaban el trabajo de pizarra.

Un solo punto separó a andaluces y canarios al final del primer cuarto (17-16), lo mismo que al descanso (36-35).

Sin embargo, había una diferencia importante. La amplitud de las rotaciones del Unicaja le da mucha frescura. Ese factor cobró dimensión en el tercer cuarto. Los canarios sólo sumaron 11 tantos en todo el periodo. Los andaluces 21. El tercer tramo supuso el punto de inflexión de la eliminatoria. Unos segundos después, en la primera posesión del último corte, Garbajosa sentenció la eliminatoria y la clasificación malagueña para las semifinales. El ataque del Unicaja depositó el balón en manos del pívot madrileño. Garbajosa esperaba el pase con los pies clavados en el límite de la línea de 6,25 metros. Recibió, armó el brazo, lanzó y anotó el triple que apuntilló al Gran Canaria: 60-46, que ya no pudo levantar.