Hace unos días, en este medio de comunicación se publicó la noticia de la previsible unión entre los dos clubes de fútbol de la ciudad placentina, cuyos equipos más representativos militan en el grupo XIV de la Tercera División.

Para llevar a cabo la fusión, es requisito sine qua non que la Asamblea General de cada uno de los club implicados se pronuncie al efecto. La Asamblea General es el órgano superior de gobierno de una entidad deportiva y sus acuerdos son vinculantes tanto para los asociados como para los otros órganos de la entidad.

Entre las competencias de este órgano universal de la entidad deportiva, se contempla entre otras, la propuesta de fusión con otra u otras entidades deportivas.

Los acuerdos deben ser tomados por todos los asociados asistentes con derecho a voto, y para temas de especial trascendencia para la entidad deportiva, como es el proyecto de fusión, se suelen necesitar mayorías cualificadas, según lo previsto en los estatutos de la entidad y en la normativa autonómica y, teniendo en cuenta que sólo podrá formalizarse dicho acuerdo al término de la temporada, para que tenga vigencia a partir de la siguiente.

El club resultante de la fusión, podrá denominarse como cualquiera de los que se integren (Unión Polideportiva Plasencia o Asociación Deportiva Ciudad de Plasencia), o bien, adoptar un nombre nuevo y distinto.

La fusión entre la UPP y el Ciudad de Plasencia sería interesante, conveniente, aconsejable y quizá hasta necesaria desde muchos puntos de vista, y más teniendo en cuenta los tiempos por los que pasamos y la incertidumbre que nos depara el futuro futbolístico a corto y medio plazo.

Desde el punto de vista económico, ni que decir tiene: sería más que aconsejable por lo que representan los temas relacionados con los fondos públicos procedentes de las administraciones públicas en forma de subvenciones, sponsorización, patrocinadores, marketing deportivo, ingresos de televisión local o regional, la gestión de las instalaciones deportivas, abonos...

Desde el punto de vista deportivo, la fusión representaría contar con un club de una gran potencial futbolístico, capaz de alcanzar metas más altas que las actuales y sustentado en una cantera con proyección de futuro que pueda ofrecer jugadores de alto nivel, que aseguren el relevo generacional y a la vez sean soporte financiero y deportivo.

Desde el punto de vista sociológico, la fusión conllevaría a unificar las aficiones de ambos clubes, con unas expectativas de aumento del número de asociados, por representar un único sentimiento futbolístico unidos a unos determinados colores y a un único himno.

Pero no todo son argumentos positivos. El camino a seguir no será fácil, puesto que se requerirá paciencia y un gran sentido común y lógico, porque la gravedad de la crisis que estamos sufriendo está golpeando a todos los sectores de la economía, repercutiendo sobremanera en el mundo del deporte en general y el fútbol en particular.