"Lo que ha hecho hoy Usain Bolt me ha parecido tan enorme como el salto de Bob Beamon en México, aunque no haya batido ningún récord. Mañana por hoy creo que puede correr en 9.65". Así de impactado se mostraba el español Angel David Rodríguez tras haber disputado la cuarta serie de la segunda ronda eliminatoria de los 100 metros con otros siete atletas más, entre ellos el astro jamaicano. No era para menos. Bolt voló bajo en el Nido, sin apenas desplegar sus alas, en una exhibición nunca vista. Corrió los primeros 50 metros con decisión y con fuerza, visiblemente destacado. A partir de ahí se dejó llevar, ganando la serie con 9.92 segundos, la marca con la que Carl Lewis batió el récord del mundo en la final de Seúl-88, acuciado por los tres metros de ventaja que el canadiense Ben Johnson le había sacado en la salida.

Bolt, al finalizar su exhibición, confirmó lo que los 91.000 espectadores que abarrotaban el estadio de Pekín acababan de presenciar. "He corrido 50 metros, luego he mirado a un lado y al otro, he visto que tenía ventaja suficiente y me he desconectado de la carrera", dijo el protagonista de la noche.

El plusmarquista español del hectómetro, pese a ser último, estaba feliz por compartir un hecho inédito con su protagonista. "Dejándome llevar en los últimos 50 metros, yo no habría bajado ni de 10.60", afirmó Rodríguez, tan expectante o más ante lo que pueda suceder hoy que el millar largo de periodistas que se dieron cita en el estadio olímpico, en la primera jornada atlética de estos Juegos.

La impresión que dio Tyson Gay fue radicalmente opuesta. Corrió casi a tope todo el hectómetro y se clasificó segundo con 10.09.

El semillero jamaicano

Bolt se perfila así como el gran favorito para ganar la final de hoy (semifinales a las 14.35 hora española y final a las 16.30). Su triunfo supondría un hito para su país. Jamaica es un semillero de velocistas. Los esclavos condenados o en rebeldía, que también solían ser los más fuertes, eran confinados en la isla caribeña y entre sus descendientes figuran algunos superdotados que ahora dan brillo a su país. Don Qarrie fue el pionero al ganar el oro en los 200 metros de los Juegos de Montreal-76. Su triunfo fue tan aclamado que Joe Gibbs le dedicó un reggae, titulado Tribute to Donald Quarrie, para conmemorar su gesta. Pero en el hectómetro no pudo ganar y tuvo que conformarse con la plata. Jamaica, 32 años después, aún no tiene un campeón olímpico masculino en los 100 metros. Y no por falta de talentos.

Hasta ahora, los jamaicanos ganaban medallas en las carreras de velocidad, incluido el hectómetro, pero estas se han sumado en el medallero de países poderosos y ricos que la pequeña isla caribeña. Linford Christie y Donovan Bailey nacieron en el país Bob Marley, pero sus oros en el hectómetro de Barcelona-92 y Atlanta-96 fueron a parar al casillero del Reino Unido y Canadá.

Usain Bolt y Asafa Powell tienen hoy la oportunidad de darle la vuelta a esta historia. Para ello tendrán que superar, entre otros, al estadounidense Tyson Gay, un rival en horas bajas pero muy competitivo, capaz de derrotar a cualquiera en una distancia y en una final que requiere nervios de acero e instinto ganador a partes iguales.

En una gran final olímpica como la de hoy, en la que todo se decide en poco menos de 10 segundos, en 100 metros de vértigo, su vencedor se adorna con la distinción de hombre más rápido del planeta. Para ganarla, no basta con un buen estado de forma. Tanto Bolt como Powell desmostraron ayer, y durante toda esta temporada, que pueden correr más rápido que nadie. Pero sobre el instinto ganador del segundo se extiende la sombra de la duda tras su derrota en el Mundial de Osaka-2007.

El apego de los dos velocistas jamaicanos por su país les ha hecho, además, populares y queridos. Ambos han tenido la oportunidad de desarrollar sus respectivas carreras deportivas en EEUU, gracias a las suculentas becas que ofrecen algunas de sus más prestigiosas universidades. Pero desde sus primeros pasos en el atletismo, se han mantenido fieles a su escuela.

Bajo la tutela de Glen Mills en la Universidad Tecnológica de Jamaica, institución que ha logrado frenar la fuga de talentos de la isla, Relámpago Bolt se ha convertido en el más rápido de siempre tras conseguir el récord del mundo (9.72 segundos) de 100 metros el pasado 31 de mayo en Nueva York, dos centésimas mejor que la anterior marca de su compatriota Asafa Powell, y batiendo a domicilio su gran rival de hoy, Gay..

El estadounidense supo reponerse de la derrota y en junio, en las pruebas de selección de su país, corrió en 9.66, el mejor tiempo de la historia, una marca estratosférica si no fuera porque el viento ese día en Oregón soplaba a más de dos metros por segundo. Acto seguido intentó clasificarse en los 200 y se rompió. Su isquio izquierdo dijo basta y durante 40 días el campeón mundial de 100 y 200 se ha preparado entre algodones.

Powell, el gran perdedor en el Mundial de Osaka, el choker (agarrotado) ante Gay, ha evitado cualquier enfrentamiento directo y sus resultados, han sido buenos o muy buenos (9.82 en Mónaco). Pese a ello, su perfil de bajo rendimiento en las grandes ocasiones le sitúa tercero, o incluso fuera del podio.