Jorge Valdano le presentó la semana pasada su dimisión a Florentino Pérez para cerrar de una vez el contencioso con Mourinho. El presidente del Madrid le convenció para que aguantara hasta final de temporada, momento en el que valorarían la situación del primer año del técnico portugués al frente del equipo. El director general del club blanco aceptó y se mantendrá en su cargo, aunque continúa con su política de alejamiento del entrenador. Mientras, el Madrid se la juega hoy ante el Sevilla, con un puesto en la final que intentará conseguir tras el 0-1 del encuentro de la ida.

Mientras, Mou argumenta ahora que sus jugadores no están habituados a competir entre semana. "Desde hace un par de años han caído a la primera o a la segunda en Copa y en Champions llevan seis años sin pasar de octavos", declaró el técnico blanco en su comparecencia pública de ayer.

El pulso entre Mourinho y Valdano tuvo su desenlace el pasado jueves. Ese día, Valdano decidió poner punto final a su andadura en el Madrid. Como si se tratase de un último favor al club y viendo el deterioro público de su desencuentro con Mourinho, le comunicó a Florentino que se marchaba. El mandatario blanco se lo llevó a comer al lugar donde almuerza prácticamente todos los días. Allí, no muy lejos del Bernabéu, Pérez le pidió que no se marchara. Para ello argumentó que esperase a la conclusión del campeonato y que luego decidirían según los resultados obtenidos.

Ninguno de los dos está convencido de que Mou siga la próxima campaña. Florentino apoyó la decisión del director general de dar un paso atrás para dejar actuar al entrenador y dejar de estar en el centro de la diana. Valdano aceptó. Todo eso se produjo cuatro días después de que Mourinho apuntara que en asuntos de fichajes "reporto directamente con el presidente y con José Angel Sánchez".