PARIS SAINT-GERMAIN - 1: Sirigu; Jallet (Van der Wiel, m.27), Thiago Silva, Alex, Maxwell; Chantôme, Thiago Motta, Matuidi, Pastore; Lucas (Sakho, m.83) y Lavezzi

VALENCIA - 1: Guaita; Barragán, Mathieu, Víctor Ruiz, Cissokho; Feghouli (Piatti, m.63), Parejo, Albelda (Banega, m.46), Jonas (Valdez, m.76); Costa; Soldado.

GOLES: 0-1, m.55: Jonas; 1-1, m.66: Lavezzi

ARBITRO: Milorad Mazic (SRB), amonestó al local Lavezzi y a los valencianistas Albelda, Víctor Ruiz, Soldado, Banega y Parejo

INCIDENCIAS: Encuentro de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones.

El Valencia se quedó a las puertas de la sorpresa en el Parque de los Príncipes, de remontar el mal resultado que traían de Mestalla en octavos de la Liga de Campeones contra el París Saint-Germain (1-1), que logró meterse entre los ocho mejores del continente tras empatar a uno.

El conjunto español creyó durante unos minutos en la remontada ante el multimillonario PSG, que vuelve a los cuartos de final de la Liga de Campeones 18 años después.

Los valencianistas efectuaron un gran segundo tiempo que les permitió creer en una remontada que parecía casi imposible, que solo un cinco por ciento de los equipos habían logrado en toda la historia de la máxima competición europea.

Pero les faltó contundencia en el ataque, el mismo mal del que adolecieron en la ida y que dejó tocada del ala la eliminatoria en Mestalla. El gol de Jonas en el minuto 55 hizo soñar al equipo, pero la alegría duró apenas once minutos, el tiempo que tardó Lavezzi en igualar.

Al Valencia le bastaba con un gol para forzar la prórroga y se lanzó al ataque, encerró a los franceses, movido por la batuta de Banega, que cambió la pinta de su equipo desde que tras el descanso puso el pie en el césped. Pero el tanto no llegó. Como en la ida, los franceses hicieron un gran ejercicio de defensa. Desde el banquillo, Ancelotti taponó con la entrada de Sakho el hueco que su zaga presentaba en la banda derecha, por la que más peligro había llevado el Valencia. Y al Valencia no le llegó para completar el milagro.

Porque lo que necesitaban los valencianistas era algo sobrenatural. Tenía que vencer por dos goles a un equipo que sumaba 22 encuentros consecutivos sin perder en su estadio. Y vencer otra estadística, la que marcaba ocho partidos de los valencianos sin ganar fuera del suyo en partido eliminatorio en Europa.

La tarea, difícil, se presentaba casi imposible a la vista del primer tiempo, en el que los españoles apenas hicieron temblar el edificio defensivo montado por Ancelotti. Siquiera una ocasión de Soldado al cuarto de hora hizo temblar el Parque de los Príncipes, que se relamía con los cuartos ante el poco peligro que proponían los rivales.

Tras el descanso, Valverde dio entrada a Banega y el partido cambio de color. El argentino se adueñó del centro del campo que hasta ese momento había controlado Matuidi, comenzó a hacer funcionar la máquina ofensiva valencianista. Y el PSG tembló. La recompensa tardó en llegar 9 minutos. El tiempo que necesitó el Valencia para acercarse al área rival, en una mala combinación entre Chantôme y Matuidi que permitió a Costa recuperar el balón, pasar a Jonas que, desde la frontal del área, sorprendió a Sirigu con un disparo que lamió el poste derecho.

El tanto desestabilizó al PSG y dio fe al Valencia, que comenzó a serenar su juego. Pero los franceses se rehicieron.