El técnico del Valencia, Rafael Benítez, ha cerrado la campaña 2002-2003 con el fracaso que supone quedar fuera de la próxima edición de la Liga de Camepones, justo un año después de haber conseguido, con los mismos mimbres que en esta temporada, el éxito de proclamar al Valencia campeón de Liga.

Benítez, en los dos años que lleva al frente del club valenciano, ha vivido en su piel la cara y la cruz del fútbol, con un éxito arrollador en su primer año al frente del equipo y una decepción en la presente campaña, en la que la clasificación para la Copa de la UEFA apenas llega a ser un premio de consolación.

Hace ahora dos veranos, Benítez, un técnico joven, de 41 años, llegó al Valencia tras haber ascendido al Tenerife a primera división. Antes había dirigido a equipos con menos pretensiones como el Extremadura, Osasuna, Valladolid y Real Madrid B.

Su reto era el de sustituir al argentino Héctor Cúper en un conjunto castigado por las dos finales perdidas de forma consecutiva en la Liga de Campeones.

Aunque inició la campaña como rey del empate y a punto estuvo de ser destituido, una victoria en Montjuic ante el Espanyol por 2-3, en una fría noche de diciembre en la que el Valencia perdía por 2-0 al descanso, invirtió la racha del equipo, que en la segunda vuelta sumó 42 puntos, no perdió desde marzo y acabó campeón 31 años después del último título y nada menos que con 75 puntos en su casillero.

Benítez había conformado un equipo sólido, muy contundente en defensa, que sólo perdió cinco encuentros en todo el campeonato y que fue justo campeón. En esta temporada, cuartos de final en la Champions, algo que no podrá ser la próxima campaña.