El Extremadura es un equipo que pocas veces se rinde, posiblemente, porque detrás tiene una afición con una fe casi inquebrantable. Lo demuestra cada quince días llenando el Francisco de la Hera y cada otros quince metiendo gente en todos los campos de España, incluso cuando hay que atravesar tierra, mar y aire. Ayer, en Palma de Mallorca, también hubo valientes azulgranas que alentaron a su equipo en Son Moix. No fueron muchos, obviamente, pero los suficientes para que el equipo mirara de vez en cuando a esa mancha de azulgranas que nunca se rindió.

Una veintena de valientes estuvieron en Son Moix luciendo la camiseta del Extremadura. Son fieles aficionados azulgranas que habían subrayado el viaje a Palma para combinar turismo y fútbol. Entre ellos, los conocidos como ‘Carranza’, un clan popular de la peña Brigadas Belloteras que se hicieron notar de lo lindo en el estadio bermellón.

A ellos se les sumó otro pequeño escuadrón de valientes de Almendralejo que, por circunstancias de la vida, viven ahora en Palma de Mallorca. Uno de ellos es el joven Juan Aguilera, conocido en Almendralejo como ‘Juanito’ y que, por circunstancias de la vida emigró hace años a la isla con su familia. Para él, el Extremadura, siempre es religión. Sigue todos los partidos desde la distancia y ayer, en su tierra de adopción, lo hizo como en casa.

Sabas, feliz

Si los valientes aficionados que estuvieron en Son Moix se marcharon eufóricos tras el empate de Kike Márquez, casi de la misma manera acudió Juan Sabas, entrenador del Extremadura, a la rueda de prensa tras el encuentro. «Hoy, con un jugador menos, hemos arriesgado con defensa de tres y nos ha salido muy bien. Teníamos fe en que podíamos sacar de aquí un punto maravilloso».

El técnico madrileño no quiso mojarse en exceso sobre la jugada determinante del penalti sobre Enric Gallego de Valjent en el descuento. «Está claro que el hecho de que te piten un penalti en el añadido no es sencillo. Y más cuando juegas a domicilio. Desde mi posición no puedo apreciarlo bien, pero parecía penalti. Lo cierto es que el árbitro ha sido valiente».

Sabas dejó claro que su equipo siempre mira a la portería rival e, incluso, confesó que tras el empate, en otra falta final, tuvo la sensación de que podía llegar la victoria.

Al entrenador azulgrana le salieron bien los cambios. El plus que otorgó el banquillo fue determinante para la igualada. Diego Capel, el primero en salir, tapó su falta de físico con muchas dosis de calidad. Estuvo participativo, forzando faltas y colocando buenos centros desde el perfil izquierdo.

Willy, que salió con media hora por delante, también estuvo muy participativo en los minutos de la verdad. Tuvo en la cabeza, tras un centro de Capel, una opción muy clara de haber marcado su primer gol en Segunda, pero su remate se marchó fuera. Luego, eso sí, forzó la falta lateral que a la postre provocaría el penalti.

Y mención aparte para Kike Márquez, el goleador. El de Sanlúcar salió doce minutos al terreno de juego. Estuvo conectado y, tras el penalti, pidió la pelota para ejecutar la pena máxima. Márquez, que ha estado en el punto de mira por su rendimiento en las primeras jornadas, ejecutó con maestría, dio la vuelta a su camiseta y enseñó su nombre. Quizá, el Torero, esté de vuelta.