Alejandro Valverde no podrá volver a competir en la carretera hasta el 1 de enero del 2012, después de que ayer el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) dió la razón a las autoridades italianas que, al contrario de las españolas, lo vinculan con la operación Puerto. El corredor murciano, que ahora solo puede acudir a la justicia ordinaria suiza, deberá devolver los títulos y premios conseguidos este año, aunque no ha dado positivo en ninguno de los controles a los que ha sido sometido.

Curiosamente, la sentencia del TAS se produjo apenas unas horas después de que la UCI hiciera pública la última clasificación mundial de corredores, que lideraba Valverde. Por la tarde, la tabla fue corregida y Cadel Evans pasó a ser el número uno del ciclismo mundial.

La UCI "celebró" la decisión del TAS, porque desde el 29 de agosto del 2007 mantenía un contencioso con la Federación Española de Ciclismo que se negaba a expedientar a Valverde; entre otras cosas, porque el juez encargado del sumario de la operación Puerto prohibía utilizar las pruebas del caso con fines administrativos, definición que utilizaba el magistrado para las posibles sanciones por dopaje.

EL ENFRENTAMIENTO En el transfondo figuraba el enfrentamiento entre la dirección de la federación española y la presidencia de la UCI y ciertos intereses por parte de uno de los principales encauzados en la operación Puerto que durante más de un año procuró que viera la luz pública cualquier prueba documental que hiciera sospechar del corredor murciano. Hace un año, los abogados contratados en España por el CONI (Comité Olímpico Nacional Italiano) aprovecharon un permiso del juez titular para conseguir una orden que les permitió sacar de España una muestra sanguínea que sospechaban pertenecía a Valverde. La cotegaron con el ADN sacado de un control de sangre efectuado al ciclista murciano durante el paso del Tour del 2008 por Italia. El magistrado español desautorizó a su sustituta y prohibió usar estas pruebas, que ahora el TAS ha dado validez al considerar que la sangre requisada en la operación Puerto y marcada con el número 18 era, según el ADN, de Valverde.

Y aunque el ciclista, que nunca ha dado positivo, no hubiera utilizado esa muestra de sangre (con EPO y del 2004, en los tiempos que corría con el Kelme, cuyo médico era Eufemiano Fuentes), la prueba se considerada "tentativa de dopaje" y acarrea inexorablemente una suspensión de dos años.

Valverde ayer prefirió guardar silencio, una vez supo que ha perdido los triunfos de este año en el Tour del Mediterráneo, la Vuelta a Romandía y los segundos puestos en la París-Niza y la Vuelta al País Vasco. "Respetamos la decisión del TAS y las posibles actuaciones del corredor en defensa de sus intereses", afirmó el Consejo Superior de Deportes (CSD).