Avisado está Valverde y avisados estarán los jugadores de la visita del Celta. Además del respeto y la precaución que merece cualquier rival, el once gallego tiene "un plus de peligrosidad" a juicio del técnico azulgrana. Por los antecedentes de los malos resultados cosechados contra los celestes -"un indicativo de que debemos andar con cuidado", analizó Valverde-, y por la presencia en el banquillo de Juan Carlos Unzué, el antiguo ayudante de Luis Enrique, "porque conoce la casa, nuestra plantilla y conoce los mecanismos internos del juego".

Valverde y Unzué son amigos desde 1988, cuando ambos coincidieron en su llegada al Barça al mismo tiempo, fichados por Johan Cruyff. A ninguno de los dos les fue demasiado bien su etapa futbolística en el Camp Nou. Apenas dos temporadas aguantaron. Desde entonces han mantenido la relación de amistad, cultivada también en las veces que han llegado a enfrentarse sus respectivos equipos. "Claro que está capacitado para dirigir al Barça Juan Carlos", ha exclamado Valverde, avalando las aptitudes técnicos del hoy máximo responsable del Celta.

El espíritu del Athletic

A Unzué le van bien las cosas en Balaídos, pero otro de sus amigos, Cuco Ziganda, las está pasando canutas en el Athletic tras la eliminación de Copa ante el Formentera. "Fue un accidente que a veces pasa en el fútbol en la última jugada del partido", ha lamentado Valverde, antes de garantizar la recuperación del Athletic. "Es un equipo, un club, que lo basa todo en el espíritu, y eso prevalece siempre. El Athletic se levanta siempre de los reveses", ha añadido.

El Barça, en cambio, no necesita levantarse de nada. Va de pie, corriendo, líder en la Liga y en la Champions. "Pero no te puedes parar a mirar el paisaje", ha dicho Valverde, siempre alerta ante el campo de minas que observa a su alrededor.

Dos refuerzos

De momento, no ha querido pronunciarse sobre la necesidad de fichajes -"retoques" dijo hace un par de semanas Josep Maria Bartomeu, el presidente- para reforzar el equipo. "Aun no se ha abierto el mercado", ha sido la excusas, anunciando que tampoco hablará de refuerzos cuando esté abierto.

El primer refuerzo que recibirá es Ousmane Dembélé. Y lo espera "después de Navidad". Es decir, el fichaje del año, el sustituto de Neymar, que solo pudo jugar tres partidos antes de lesionarse gravemente en eptiembre, no reaparcerá hasta enero. "No vamos a correr ningñún riesgo por adelantar su regreso una semana". El segundo refuerzo será Rafinha, que poco a poco va acercándose al terreno de juego. El brasileño no juega desde abril.