El español Alejandro Valverde, del Caisse D'Epargne, ha estrenado el maillot amarillo del Tour de Francia al imponerse con autoridad en la primera etapa, disputada entre Brest y Plumelec, de 197,5 kilómetros, por delante del belga Philippe Gilbert y del francés Jerome Pineau.

El campeón de España se ha exhibido ante sus grandes rivales en una llegada a su medida, con un repecho final de 1,7 kilómetros al 6,3% de pendiente que ha roto el grupo principal en mil pedazos. Ha confirmado su excelente estado de forma y su condición de favorito con una victoria clara, plena de clase y autoridad.

Valverde ha llegado con unos metros de ventaja a la meta tras una espectacular aceleración de 400 metros que le permitió remontar al luxemburgués Kin Kirchen. El murciano ha marcado un tiempo de 4h.36.07 y los jueces le han dado un segundo respecto a sus más directos rivales: Riccó (Saunier), Evans (Silence), Schleck (CSC), Sastre (CSC) y Menchov (Rabobank).

Freire y Pereiro, entre los 10 primeros

Entre los 10 primeros han entrado los españoles Oscar Freire (Rabobank), noveno, y Oscar Pereiro (Caisse D'Epargne), ambos muy atentos cuando se ha desatado la tormenta en las pendientes de Cadoudal. Valverde ha firmado, a sus 28 años, su segunda victoria en el Tour, después de la lograda en 2005 ante Armstrong en Courchevel.

"No he podido comenzar mejor el Tour con la victoria de etapa y el maillot amarillo. Me venía muy bien este final, me coloqué bien y pude rematar. El maillot llega demasiado pronto", ha señalado Valverde vestido de líder.

La etapa ha cumplido el deseo de la organización de ofrecer espectáculo desde el principio, evitando las tediosas escapadas con final en esprint masivo. Una pequeña cota al final ha permitido ver a los grandes espadas en duelo de fuerzas, todo un lujo.

Como una exhalación

La traca final de la etapa se ha encendido con el arranque de Kirchen con la línea a menos de 1.000 metros. Valverde ha aparecido como una exhalación en una última curva a la derecha. En plan imparable, nadie le ha podido coger la rueda. Mirada atrás y brazos al cielo. La euforia de un estreno idóneo en su cuarto Tour. Una exhibición que, de momento, aclara quien es el jefe.

Mañana se disputa la segunda etapa, entre Auray y Saint Brieuc, de 164,5 kilómetros, con perfil ondulado y cuatro cotas de cuarta y una de tercera. Un repecho al final puede impedir el esprint.