La FEB sigue aplazando partidos, ¿hasta cuando? Mientras tanto los jugadores seguimos confinados en casa sin saber muy bien qué pasará, tratando de mantenernos en forma de la mejor manera posible, pero yo juego con ventaja. Ya he disputado el partido de Almansa (aunque no os dije el resultado) y el de Castellón, que como bien leisteis el jueves, ganamos. Sigo erre que erre con la simulación de entrenamientos, partidos… y ahora toca simular un viaje. ¡Definitivamente me estoy volviendo loco! Jajaja. Esta semana da la casualidad que tenemos dos partidos, así que hoy sábado jugamos en Oviedo.

Bendita locura el día que contactaron conmigo Jaime, José María y Javier para proponerme colaborar con ellos. Esto de ponerme en la piel de un periodista o escritor es algo bastante… digamos que curioso, dejémoslo ahí. También es cierto que estoy a años luz de los tres, pero seguro que más de uno ya se ha echado unas risas a mi costa.

Uno de las aspectos que ocupa un espacio muy importante en la vida de los deportistas profesionales son los viajes. Nosotros los hacemos en autobús (excepto Mallorca y Melilla, lógicamente) por lo que imaginaos la de horas y kilómetros que llevamos a nuestras espaldas.

Cuando jugamos fuera de casa solemos entrenar a las diez de la mañana, una sesión un pelín más corta que el resto ya que tenemos que viajar y de media nos pegamos unas seis horas y media de bus aproximadamente. A eso de las 11:45, mientras nosotros nos duchamos, Roberto está en la rueda de prensa con mis compañeros, pero no los de equipo, los de profesión (estoy metidísimo en el papel de periodista, lo siento, Jeje).

Revisa que no se te olviden las zapatillas, vuelve a abrir la mochila para ver si llevas las dos equipaciones… Soy el único del equipo que se lleva su equipación de los partidos a casa (reconozco que para eso sí soy un poco maniático). El resto la meten en la bolsa del equipo después de cada partido, se van a la lavandería y se quedan preparadas para el próximo partido.

Hubo un viaje a San Sebastián hace un par de años que tuve que jugar con la equipación de entreno porque tuvimos un ‘pequeño’ contratiempo… Me llevé la verde y jugábamos de blanco. Ha sido la única vez que no cogí las dos equipaciones.

Eso es algo básico que te enseñan los entrenadores desde ‘chiquitito’: a llevar siempre las dos equipaciones por si el otro equipo tiene un color parecido al tuyo… Total, que la FEB me puso una multa por jugar con una equipación que parecía la del Cáceres comprada en Aliexpress., ¡Hasta tuve que ponerle el número con esparadrapo! Vaya cuadro…

Una vez revisado que llevamos todo lo necesario para jugar el partido toca coger el colchón, almohada y ropa de cama. Lo reconozco: me siento como si me hubieran echado de casa cada vez que nos vamos de viaje.

En los viajes, aunque haya pequeñas variaciones en cuanto a distancia y tiempo, siempre hay un punto en común: la pocha ( rometo hablar de la pocha en otra ocasión, tendré que pedirle permiso a El Periódico de Extremadura porque da para un artículo de varias páginas).

Mientras Rober White, Ferrunet, Rix Aita, Nikolai y yo jugamos a la pocha, la mayoría ve series/películas o como Aitor, que aprovecha para sacar sus apuntes a que conozcan España, porque lo que se dice estudiar estudia poco. pero bueno, por lo menos lo intenta.

Por la tarde alguna vez también hemos jugado al UNO, pero no al típico, ¡al UNO FLIP! Yo no sabía ni jugar al UNO normal, así que imaginaos como era explicármelo… pues sorprendentemente los más mayores pegábamos palizas a los jovenzuelos que estaban hartos de jugar.

Entre cartas, pelis y alguna que otra broma que nos hacemos es como vamos pasando nuestros viajes… Algún día además de explicaros los ‘intríngulis’ de la pocha os contaré alguna anécdota que nos han pasado en los viajes, como salir de una parada y olvidarnos a alguien en tierra, por ejemplo.

Este ‘finde’ mi yo imaginario sigue viajando con el equipo pero la realidad es que… #YoMeQuedoEnCasa.