Tras cada tropiezo del Cacereño, lo primero que ha hecho Julio Cobos es reconocer los errores propios: «No hemos hecho un buen partido», dijo claramente el domingo). También, si ha sido necesario, ha elogiado la capacidad del rival para empujarlos a esa situación: «Han sido mejores, han entendido mejor el partido», afirmó tras la derrota contra el Villanovense. Y, si se hurga un poco -y casi siempre tras la expresión «no me gusta hablar de los árbitros»- surge algún error arbitral que a la postre ha acabado costándole puntos al conjunto verde, que con once partidos por delante tiene al líder Villanovense a cuatro puntos de distancia y a tres al Coria, segundo y al que recibirá en el primer partido de abril.

«En la primera vuelta, en el momento malo, contra el Diocesano, que no hicimos un buen partido, hubo dos penaltis». Aquel encuentro en el Príncipe Felipe acabó con empate (1-1). Hace diecisiete días, en el duelo contra el Villanovense, también en casa y con 1-2 en el marcador, otro penalti no pitado sobre Carlos Andújar y reconocido después en los micrófonos de Canal Extremadura Radio por Ruano. «Y hoy ha habido un penalti clarísimo, porque lo he visto yo, no lo digo porque me lo hayan comentado», explicó el domingo tras el 1-1 contra el Extremadura B, también en el estadio de la carretera de Salamanca.

«Es mano, no se puede decir que el jugador no quiere hacer nada, porque detrás está Ezequiel y el balón va para él. Si la toca en la mano es penalti, no hay más. Y lo ha visto. En fin, esto ya nos ha pasado más veces...», concluyó Cobos, que volvió a repetir la palabra «clarísimo» sin querer ahondar más en la cuestión y reiterando su deseo de no hablar de los árbitros.

Ya se centra el Cacereño en su próximo partido, la visita al Azuaga, un rival al que goleó en la primera vuelta (6-0) y que llega a la cita herido tras cinco jornadas sin ganar.