Venezuela tuvo una tarde iluminada en el estadio Financial Field de Filadelfia: derrotó 1-0 a Uruguay y pasó a la nueva fase de la Copa América que se disputa en Estados Unidos. El otro clasificado del Grupo C es México, que venció 2-0 a Jamaica. El que no pudo contener su ira por quedarse afuera del partido fue Luis Suárez. El “pistolero” observó impotente la eliminación de la “celeste”. Quiso entrar al campo. Le dijeron que no y se enfureció con el cuerpo técnico. Uruguay se pudo haber evitado ese sufrimiento impensado si Edinson Cavani hubiera tenido la puntería que lo caracteriza en el París Saint Germain. Pero los “charrúas” no pudieron remontar el mal comienzo que tuvieron ante México días atrás (1-3). La “Vinotinto” apenas inquietó a su rival, pero en una llegada de Rondón encontró lo que los uruguayos no tuvieron: el gol. En el banco de suplentes, Suárez se tomaba la cabeza. Sin el “Pichichi” de la Liga española, Uruguay se fue de la Copa América de manera decepcionante.

Suárez creyó que podía cambiar el curso de los hechos a pesar del desgarro que sufrió en la final de la Copa del Rey con el Barcelona. Sobre el final del partido, el delantero se quitó la pechera y comenzó a calentar su cuerpo. Corría el minuto 78. A la vista de todos, Súarez abrió los brazos como queriendo decir “aquí estoy”. Pero desde el banco, Mario Robello, un integrante del cuerpo técnico le dijo que volviera a sentarse. Entonces, explotó de bronca y golpeó el vidrio

Al terminar el partido, la prensa se abalanzó sobre Oscar Tabárez, el entrenador uruguayo. Más que la derrota, que significó el pasaje de vuelta, todos querían saber por qué no había entrado Suárez. Con su moderación de siempre, Tabárez dijo: “me da igual que se enoje. Por más que el futbolista se enoje, nosotros no podemos poner a un jugador que no se recuperó y está con dolencias. Hace 18 días que tuvo un desgarro importante y queremos a Suárez cuando esté bien. Para la eliminatoria”. Después, claro, habló del partido: “la verdad es que la imagen que dejamos esta noche distó mucho de la que veníamos dando hasta hace no mucho tiempo atrás”.

El cuerpo técnico quiso no obstante aclarar que si bien Suárez estaba con los otros jugadores suplentes, en la planilla había sido anotado como “no disponible”. La gran pregunta que se hacían en la noche los uruguayos es por qué fue hasta el banco, se colocó sus botines de fútbol y pidió entrar, aun sabiendo que no lo iban a arriesgar. “Porque es Suárez y quería ayudar a sus compañeros”, dijeron en Montevideo los medios.

¿MESSI SUPLENTE?

“Messi va a jugar”, aseguró en Chicago Tata Martino en las vísperas de Argentina-Panamá. Pero con el correr de las horas una duda quedó en el aire. Y es muy posible que el mejor del mundo no sea hoy titular y entre en el segundo tiempo. La conjetura tomó cuerpo después del trabajo táctico que realizó el seleccionado. Martino colocó 11 jugadores en la cancha y Leo los miró desde afuera. Aunque ningún jugador lo diría ante un micrófono, cayeron muy mal entre los integrantes del conjunto celeste y blanco los comentarios de Diego Maradona en los que cuestionó la capacidad de liderazgo del astro del Barcelona. “No tengo nada para opinar”, dijo Martino con indisimulable gesto de molestia. Chicago está alborotado por la presencia de Messi. “El Jordan del fútbol”, lo llamó The Chicago Tribune. Y si bien a Maradona se le escapó delante de un micrófono el comentario lapidario (“no tiene mucha personalidad para ser líder”) fue Jorge Burruchaga, su compañero en la selección campeona del Mundo en México 1986, el que salió a refutarlo. “Yo no tengo dudas de que Messi es líder. Lo es de otra manera, ya no existen los liderazgos de antes. Hay distintos líderes. Messi está para cargarse el equipo al hombro y, de hecho, lo está haciendo. Hay algunos que levantan los brazos, putean (insultan) y son tremendos cagones”, señaló el autor del gol de la victoria ante Alemania hace 30 años. “Para mí, (el seleccionado) es Messi y diez más. Cada vez más claro”.