Sebastian Vettel (Ferrari), vencedor hace dos semanas en Australia, reforzó su liderato en el Mundial de Fórmula Uno al ganar el Gran Premio de Baréin, el segundo del campeonato, en el que aguantó el ataque final de Valtteri Bottas (Mercedes) en el circuito de Sakhir, donde Fernando Alonso (McLaren) acabó séptimo.

En una prueba nocturna muy movida en la que el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que había arrancado noveno, minimizó daños. Remontó hasta el tercero y mantuvo el segundo puesto general, a 17 puntos del pleno de 50 con el que comanda el Mundial el capitán de Ferrari.

GRAN ESTRATEGIA / ‘Seb’, que el sábado había firmado su ‘pole’ número 51 en la pista del desierto de las afueras de Manama, ganó a una parada, tras gestionar a la perfección sus degradados neumáticos durante las últimas diez vueltas, en las que aguantó el ataque de Bottas.

En las últimas vueltas, Alonso, que había arrancado decimotercero, comenzó a forjar una remontada que, unida al quinto puesto de Australia, lo sitúa cuarto en el Mundial, con 16 puntos.

Carlos Sainz (Renault), décimo en Melbourne, que salió desde ese puesto en Sakhir, no tuvo suerte --perdió tres puestos en la salida-- y se quedó esta vez a las puertas de los puntos, al acabar undécimo.

Vettel festejó una victoria que le hará afrontar feliz el viaje a Shanghái, sede del próximo Gran Premio, el de China, el próximo fin de semana.