Pues sí, han pasado diez años desde aquella Copa del Rey que no ganamos en León... Pese a todo, tengo unos recuerdos maravillosos de aquellos tres días. Llegamos como tapados y fuimos quemando etapas. Ya sorprendimos al Estudiantes en cuartos de final. Después contra el Barcelona nos salió un partidazo en semifinales, sabiendo que estábamos creando una alegría inmensa a toda la gente de Cáceres.

Fue una oportunidad que se escapó, que se nos escapó, y que es una vez en la vida. A menudo lo recuerdo. Me hubiese tocado a mí recoger la copa de campeón. Y egoístamente, en el partido ante el Joventut me sentía muy fino --hice tres de tres en triples-- y que debí haber jugado más de lo que lo hice, trece minutos. Muchas veces se lo he recordado a mi amigo Manolo Flores, pero en fin...

Estábamos muy nerviosos. Ni mi compañero de habitación, Pablo Martínez, ni yo dormimos siesta antes del partido, como suele ser habitual. Después, ver a tanta gente de Cáceres en la grada en el pabellón fue muy especial, pero no pudimos darles la victoria. Me da pena por la ciudad, ahora que el baloncesto de élite ha desaparecido.

*Capitán del Cáceres CB desde 1993 a 1999.