El navegador fue el culpable. El navegador llevó a Pedro Delgado por una ruta equivocada. Como todas las tardes, cuando hay etapa de montaña en el Tour, Perico se dirigía a la meta del día siguiente. Iba a dormir a la estación de esquí de La Toussuire. Se montó en el coche. Había terminado de retransmitir la etapa de Alpe d´Huez. La organización del Tour recomendaba una ruta alternativa por autopista de 170 kilómetros. "El navegador, en cambio, apenas me daba 60 kilómetros de recorrido. Así que le hice caso".

Perico llamó a los amigos cuando se encontró la ruta cortada. "Me metí por la carretera que me recomendaba el navegador. Vi el letrero que indicaba route barré (camino cortado), pero seguí adelante porque creí que estaba bloqueado por el Tour". Grave error. Unos desprendimientos impedían el paso de los coches. Perico avisó de que no se hiciese caso al navegador porque, casi anocheciendo, no le quedó otro remedio que realizar las ascensiones a la Croix de Fer y el Mollard. Un palizón. Bendito palizón. Si hubiese ido por autopista, habría cenado mejor, pero igual hoy Pereiro no vestiría de amarillo. Porque Perico, mientras iba en coche, tuvo una idea. "Pereiro ha empleado la táctica del viejo maestro Perico", decía José Miguel Echávarri mientras su pupilo se vestía de amarillo en el podio de La Toussuire.

La conversación

Sonó el teléfono móvil de Pereiro. "Soy Perico, ¿quieres hacer algo grande mañana? Estoy haciendo la etapa y los descensos son muy jodidos". Pereiro escuchó con atención. "Si no te encuentras bien subiendo por el Galibier, descuélgate. Tendrás tiempo de enlazar. Pero cuando lo hagas, come. Sin que te vean mucho y que tus compañeros hagan lo mismo. Alimentáos mientras subís, aunque sea más molesto, porque el resto querrá aprovechar la bajada para reponer fuerzas". Pereiro seguía escuchando. "Tú no te desgastes, pero pon un compañero que tire con fuerza en los dos últimos descensos. No dejes que recuperen fuerzas bajando, que nadie coma".

Y Pereiro, de acuerdo con su director, Eusebio Unzué, hizo que todos sus compañeros comiesen antes de llegar a la Croix de Fer. Pereiro le dijo a Xabier Zandio, su compañero navarro, que no se acongojara, que fuera valiente, que lo diera todo en el descenso de la Croix de Fer y que luego repitiera la operación bajando por el Mollard. Ellos comieron. El resto pasó hambre.

Landis no pudo probar bocado y tampoco Menchov. Kloden no pudo reponer fuerzas. Pereiro, en cambio, bebió y devoró lo que creyó necesario. Landis tenía hambre cuando llegó a La Toussuire. Landis sufrió una bajada de azúcar. Se despidió de ganar un Tour que creía que tenía en el bolsillo.