Las imágenes son más dramáticas que lo que ocurrió en sí. Tras un gran esfuerzo durante toda la prueba, el atleta extremeño Pablo Villalobos terminó en 30º lugar en el maratón y al llegar cayó al suelo, donde tuvo que ser atendido por sus compañeros y las asistencias. Luego se recuperó satisfactoriamente y pasó el resto de la jornada sin problemas.

España acabó 33 en el medallero, donde el bronce de Natalia Rodríguez en el la prueba de 1.500 es lo único que reluce. Más allá de eso, la oscuridad es casi absoluta. Y en el futuro solo se ven tinieblas.

El que ayer se clausuró en Daegu fue el peor Mundial de la historia de España. "Si tenemos a 10 atletas entre los ocho mejores serán unos resultados muy buenos aunque no ganemos medallas", decía José María Odriozola antes del campeonato. La predicción a la baja del presidente de la federación española aún pecó de optimista.

Contra Odriozola

"Esto no da más de sí", sentenció el veterano marchador Jesús Angel García Bragado. "Hay que hacer muchos cambios y tienen que empezar por arriba. Se ha agotado una etapa. Veintitantos años con el mismo presidente son muchos", dijo en referencia a Odriozola, el eterno y polémico presidente que ni siquiera felicitó a Natalia Rodríguez tras ganar el que iba a ser todo el botín español. "Tengo entendido que no le ha gustado cómo planteé la carrera", explicó la atleta.

España cae 18 puestos en el medallero: del 15º de la edición de Berlín-2009 al 33º. Y en la tabla de finalistas (dos con el cuarto puesto de Manuel Olmedo, también en el milqui ), desciende 16 puestos, del 14 al 30. Cierto es que, en el convulso año de la operación Galgo , España llegó a Corea del Sur sin algunas de sus mejores bazas, como los lesionados Arturo Casado, Sergio Sánchez y Mayte Martínez. Tampoco estaba Marta Domínguez, cuya maternidad le habría dejado sin Mundiales con o sin Galgo. Pero no por esperado el batacazo es menos doloroso.