Evitar lesiones ha sido la principal consigna del Villanovense durante la semana. Con una plantilla tocada por las bajas de Espín y Elías (operados ambos con éxito), lo último que quería su entrenador, Manolo Sanlúcar, era sufrir un nuevo percance que le restara más efectivos para el partido de mañana ante el Atlético Sanluqueño (Romero Cuerda, 17.00 horas). «Lo principal era no perder más gente por el camino», confesó. Será la de mañana la primera cita en la que falten ambos jugadores. «Nos queda seguir luchando los que quedamos», decía ayer el técnico, que resaltaba la unión de la plantilla. «Una de las virtudes de este equipo es el buen grupo humano y lo unidos que están. Cuando pasa una desgracia como esta, todos sufren, porque por encima del futbolista está la persona».

Deseó Sanlúcar una buena recuperación a Espín y Elías, «que es lo más importante. Y si los dos pueden acortar plazos, pues mejor; estaremos encantados de esperarlos». Difícil será en el caso de Espín, que puede haber dicho adiós a la temporada, aunque más posible en el caso de Elías, que en febrero podría estar ya dando patadas al balón.

La dirección deportiva del Villanovense trabaja ya para suplir a ambos. En Jaén el club serón pagó la falta de efectivos. «Solo teníamos dos defensas y tres futbolistas para el juego interior», recordó Sanlúcar, que espera no echarlos de menos mañana ante el último clasificado del Grupo IV de Segunda B. «Ójala seamos solventes y no nos acordemos de nadie». Un triunfo mañana podría hacer que el Villanovense cierre el año en segunda posición.