Al presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Angel María Villar, sí le salen las cuentas. A la espera de que el juzgado de lo penal número 47 de Madrid decida sobre su papel en la presunta malversación de fondos, administración desleal, estafa y falsedad documental cometidas por varios dirigentes federativos, la revista Interviu informa esta semana del enriquecimiento de Villar al frente de la RFEF: en los cinco últimos años se ha embolsado casi 2 millones de euros (332,77 millones de pesetas) y los impuestos han corrido por cuenta de la entidad federativa.

"Del honesto trabajador que accedió a la presidencia en 1998 no queda nada. Al principio iba en metro a los estadios, comía bocadillos, cobraba de sueldo 395.000 pesetas al mes, trabajaba de sol a sol y no permitía que níngún directivo recibiera dietas", declara un alto empleado federativo. Hoy cobra un sueldo bruto de 5.938,46 euros (985.779 pesetas), con 17 pagas y media al año, a lo que hay que añadir el garaje, chófer, gasolina, seguridad, comidas... hasta sumar casi 120.000 euros al año (19.966.328 pesetas) en gastos de representación.

A eso hay que sumar los ingresos por los cargos internacionales acumulados. Desde julio del 2002 es vicepresidente de la UEFA y miembro del comité ejecutivo; meses antes había sido nombrado vicepresidente de la FIFA, de la que ya era presidente del Comité Técnico de Arbitros. Total, que Villar ha cobrado de la federación internacional más de 180.000 euros (29.949.480 pesetas) en cada uno de los dos últimos ejercicios; en los tres anteriores se tuvo que conformar con 120.000 euros.

Sin Hacienda

Un empleado de la RFEF asegura que el presidente no cumple con sus obligaciones tributarias por los francos y dólares que recibe de la FIFA y la UEFA. "Cuando llega a Madrid le da un sobre a Castillón, administrador general, quien lo deposita en una cuenta bancaria como ingresos propios de la RFEF, que asume la comisión por el cambio. Luego se lo devuelve en euros a Villar. Así, elude la obligación de tributar", afirma el anónimo trabajador.