CACERES DESTINO TURISTICO 61: Pedro Rivero (12), Shea Seals (14), Pérez Iniesta (3), Moya (5), Okac (15) --cinco inicial-- Morales (6), Javi Pérez Gutiérrez (2), Oscar Rodríguez (6), Cazorla (0).

ARACENA-PONTS 52: Vallmajó (4), Washington (11), Peñarroya (6), Ladson (2), Goethals (9) --cinco inicial-- Blackshear (2), Mario Fernández (10), Matalí (7).

ARBITROS: Pagan y Zafra. Eliminado: Goethals (min. 37).

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 10-12, 24-15, 26-22, 33-33 (descanso), 40-34, 46-41, 54-45 y 62-51.

Poco quedará en la retina del aficionado de este Cáceres-Aracena, aunque al menos los verdinegros se aseguraron con la victoria estar luchando por entrar en las eliminatorias por el ascenso. Sería un hermoso premio para un equipo que ha sufrido demasiado, aunque hasta conseguirlo todavía hay que ganar al menos dos de los últimos tres encuentros.

Ñete Bohigas apretó la soga del club que fue su pesadilla la temporada pasada, cuando era entrenador del Plasencia. Ahora los catalanes parecen volver a la Liga LEB-2 y si finalmente es así será con toda justicia. Seguramente es el peor equipo de la competición en cuanto a su concepción global, que no en cuanto a nombres. Resulta patético ver desaprovechados los kilos de Goethals --un buen comunitario-- o el talento de gente como Matalí o Mario Fernández.

Eso sí, el protagonista de la noche fue el que se preveía: Derell Lacero Washington. El exjugador del Cáceres fue abucheado --de forma francamente discutible-- por la afición que hace unos meses le idolatraba y le pudo la sobremotivación de intentar hacerlo bien, como le ocurrió a Bryan Sallier hace un par de semanas. Sus porcentajes fueron horribles (3/8 en tiros de dos y 1/8 en triples) y, aunque siempre mostró carácter para llevar las riendas, acabó desquiciado.

O eres un gourmet de los mecanismos defensivos o un partido en el que ambos equipos suman 112 puntos te resulta aburrido. El choque tuvo emoción y poco más, porque hubo demasiados fallos estúpidos --también en defensa-- y un desorden que a veces resultó desesperante. Ganó el Cáceres porque estuvo un poco más centrado y fue más constante, fundamentado en el buen expediente de Shea Seals --también motivado ante su antecesor Washington-- y el trabajo del resto del colectivo: Moya cogió 13 rebotes, Rivero repartió 7 asistencias, Morales clavó un par de triples, Okac sigue incombustible por mucha leña que le den...

INICIATIVA Los locales estuvieron casi siempre por delante, pero nunca vieron seguro su triunfo. Se basaron en el tiro exterior durante el primer cuarto para conseguir una buena ventaja (24-15, incluyendo cinco triples) y después cedieron ante el empuje hambriento del que huye de la quema (30-33, min. 19).

En el tercer cuarto, el Cáceres salió más consciente de que una derrota le sería demasiado dolorosa, sobre todo ante un rival tan anárquico. Moya, muy serio, contuvo por unos minutos a Goethals, y se volvió a abrir cierta brecha para afrontar el último acto (46-41, min. 30). Okac apareció con su sabiduría mezclada de centímetros y Washington decidió ganar o perder el partido él solito. Una presión en toda la cancha fue el canto del cisne del Aracena (del 53-43 al 54-51 a falta de tres minutos).

El festival de los últimos instantes se corresponde con el resultado, una victoria esperanzadora. Favorecieron las derrotas de Huelva, Gijón y Los Barrios.