Aunque brevemente, el 5 de septiembre se reencontrarán Extremadura y Vuelta a España. La edición del 2020 transcurrirá durante aproximadamente 10 kilómetros por el norte de la provincia de Cáceres. Será en la penúltima etapa entre la localidad salmantina de Sequeros y el Alto de la Covatilla.

Las Mestas, Riomalo de Abajo y Baños de Montemayor serán las tres localidades que verán pasar a los ciclistas, que también subirán La Garganta. Es una jornada muy exigente en cuanto a orografía y que además se prevé decisiva, ya que la última será el clásico paseo triunfal hasta Madrid. Desde 2013 no pasaba la ronda española por la comunidad extremeña.

En cuanto al recorrido de la Vuelta, toca internacionalizarse. Lo hace el próximo Giro, que saldrá de Budapest. Es la apuesta del Tour para el 2021, que partirá de Copenhague y es la consigna para la Vuelta 2020, que se inicia en Utrecht y que visitará también Francia, con llegada al Tourmalet, y Portugal, para acercarse hasta Oporto.

La carrera, presentada oficialmente ayer en Madrid, nacerá en Holanda un viernes 14 de agosto, justo después de los Juegos de Tokio, y pondrá punto final en Madrid, un domingo 6 de septiembre. En medio, cuatro países visitados, una contrarreloj por equipos y otra individual (con el kilómetro final a Ézaro, en Galicia, que obliga a los ciclistas a retorcerse) y otras siete llegadas en altitud (Arrate, en Guipúzcoa; Laguna Negra, en Soria; Tourmalet, en Francia y curiosamente ausente del próximo Tour; Moncalvillo, en la Rioja; Farrapona y Angliru, en Asturias, y la Covatilla, en la provincia de Salamanca y a un solo día de Madrid).

«Es una edición muy pensada y con muchos guiños», añade Guillén. Los guiños miran hacia el mayor templo del ciclismo del mundo, el Tourmalet, que se sube en la novena etapa tras coronarse el Portalet y el Aubisque, y también hacia el Angliru, la joya de la corona de la Vuelta con una etapa explosiva, la 15ª de tan solo 106 kilómetros.

42 PUERTOS DE MONTAÑA / La Vuelta 2020 se dibuja con tres etapas muy llanas por Holanda, en lo que será la segunda vez que la prueba visite ese país, de donde partió en el 2009, en el año de la victoria de Valverde; un traslado aéreo hacia Euskadi con un total de 11 jornadas de montaña y nada menos que 42 puertos; un viaje desde el País Vasco --de ida y vuelta con el fin de acudir al Tourmalet-- para afrontar luego la ruta hacia el oeste y atravesar la frontera portuguesa camino de la bellísima Oporto antes de regresar a Castilla y León vía Ciudad Rodrigo.

Internacional como pocas, sin etapas demasiado largas para no agotar más de la cuenta a unos ciclistas que llegarán a la Vuelta tras encadenar Tour y Juegos Olímpicos, pero con finales activos para que, salvo ocho etapas de esprint presuntamente anunciado, cada día haya una emoción por el camino. Todo sea por relanzar la prueba.