No hace falta plantarse tres horas delante del televisor porque las sensaciones fuertes en la Vuelta 2013, que empieza hoy con una contrarreloj por equipos de 27 kilómetros en la localidad gallega de Vilanova de Arousa (18,45 horas, La 1), se acumulan en el espacio final de media hora. Es la filosofía, el filme, la personalidad y la gracia de una ronda española que ya respira salud gracias a unas cuestas que quitan el hipo, llegadas explosivas, subidas en las que el ciclista debe retorcerse, sufrir y donde solo los más fuertes, sobre todo uno en este terreno (Purito Rodríguez), llegan victoriosos a la cumbre.

Será también una Vuelta que hablará extremeño. Después de varios años de ausencia de la comunidad autónoma, la serpiente multicolor retornará con bastante protagonismo. El jueves 29, los ciclistas completarán 177 kilómetros entre Guijuelo y Cáceres. El perfil les dará bastantes problemas en el inicio, cuando transcurra por la zona de Béjar y en las inmediaciones de Plasencia, por donde pasará también.

Traslado a Almendralejo

El día siguiente, viernes 30, en la séptima etapa, la carrera saldrá desde Almendralejo y afrontará 195 kilómetros hasta la localidad sevillana de Mairena de Aljarafe. También puede haber bastante batalla por el terreno sinuoso de El Culebrín y El Ronquillo. El fuerte calor que se prevé también puede complicar algunas situaciones.

Lo que es seguro es que por las carreteras y ciudades extremeñas que la acojan habrá mucho público, como ha ocurrido en anteriores ocasiones. La afición por el ciclismo de altos vuelos en la región es grande.

Se espera que todo salga a la perfección. Desde hace semanas los dispositivos de organización y seguridad están ultimando los detalles para una cita de alto nivel y que se espera que también deje un retorno económico.

Máxima exigencia

Basta solo analizar el guión de la ronda española 2013 creado por Javier Guillén, aparte de director, ideólogo de la carrera, para darse cuenta de qué va la Vuelta, de qué pierna cojea. Y para bien. Hoy, crono por equipos, mañana llegada en alto, al Monte da Groba, y al siguiente otra cuesta (Mirador de lo Beira) y al otro, de nuevo a ponerse de pie (Fisterra) para abandonar Galicia, atravesar las llanuras castellanas y extremeñas y adentrarse en Andalucía con tres subidas finales seguidas: Peñas Blancas, Valdepeñas de Jaén y Alto de Hazallanas, duro como un día sin pan.

¿Terminan aquí las llegadas empinadas de la ronda española? No. Porque donde hay un pueblo hay una cuesta, porque tras el único obstáculo de contrarreloj (solo 38 kilómetros, en Tarazona y con puertecito de por medio) se llega a Cataluña, se hace el sacrificio de un esprint en Tarragona, para subir luego el Rat Penat e inclinar lo máximo la meta de Castelldefels llegando al castillo; la señal para unos Pirineos dignos de la mismísima grande boucle : el coll de la Gallina (la montaña de Purito, en Andorra, con Envalira, Ordino y Comella, de por medio), la etapa reina que homenajea las 100 ediciones del Tour con dos puertos catalanes y tres franceses (Cantó, La Bonaigua, Balés, Peyresourde y Peyragudes) y la dura despedida aragonesa en Sallent de Gállego. Tras unos Pirineos de aúpa todavía quedarán los Picos de Europa con ascensiones a Peña Cabarga, El Naranjo y el encuentro final en el Angliru, tras superar el Cordal.

Así que, mirando la participación de la Vuelta, muy ilustre pese a ausencias notables como la de Alberto Contador, el último ganador, Chris Froome y Nairo Quintana, se toman tres nombres en consideración, tres ciclistas con un solo objetivo, llegar vestidos de rojo, el maillot que identifica al primer clasificado, a Madrid, el 15 de septiembre. Son, aparte de Purito, Alejandro Valverde, ganador en el 2009 y segundo el año pasado, y Vincenzo Nibali, vencedor del Giro y de la Vuelta 2010.

Y ninguno de ellos se corta a la hora de anunciar en Galicia cuáles son sus intenciones en la carrera. Por ejemplo, Purito: "Creo que me merezco ganar una Vuelta y por eso voy a pelear por la victoria". Valverde: "Quiero acabar la carrera en lo alto del cajón. Mi idea es ganar en Madrid". Y un Tiburón llamado Nibali: "Creo que merece la pena ganar dos grandes vueltas en un mismo año".

Así que la fiesta está servida con tres líderes que parten hoy con tres potentísimos equipos, iguales o superiores a los que Katusha, Movistar y Astana presentaron en el Tour. Sin embargo, los tres deben tener presente que, aunque sean los favoritos, no podrán descuidar la retaguardia porque en esta saga de nuevos escarabajos con perigrí que vienen a la Vuelta han acudido tres colombianos con muy malas pulgas y capaces de dar un susto cualquier día: Carlos Betancur, Sergio Henao y Rigoberto Urán, segundo clasificado del Giro.

Y tampoco hay que olvidar a Ivan Basso, a los holandeses del conjunto Belkin y a un cuarteto que desea despedir a su equipo, el Euskaltel, con los honores que se merece tras 19 años en el pelotón profesional: Samuel Sánchez, Igor Antón, Mikel Nieve y Mikel Landa.

La Vuelta podrá pecar de algunos defectos, que seguro los tiene, pero uno de ellos no será, bajo ninguna circunstancia, el aburrimiento.