Desde primera hora de la mañana, la ciudad deportiva de Almendralejo estaba cerrada a cal y canto para la recepción de jugadores, cuerpo técnico y empleados del Extremadura, quienes debían pasar obligatoriamente las preceptivas pruebas médicas antes del retorno a los entrenamientos. Dos guardias de seguridad custodiaban la puerta de acceso al recinto que solo era abierta para los que tenían su cita reservada.

Bajo la supervisión de los servicios médicos del club y el inspector de LaLiga, todos los integrantes del Extremadura fueron pasando el doble test del covid-19. Por un lado, el test PCR consistente en el frotis nasofaríngeo que indica si es positivo o no la persona. Y también el test Elisa Covid-19, que indica la inmunidad. En principio, los resultados deberían conocerse el viernes, aunque en caso de haber algún positivo, no se informará por parte del club o la competición de la identidad del contagiado por la ley de protección de datos.

Todavía no hay una fecha programada oficial para la vuelta a los entrenamientos. La idea de Manuel Mosquera era volver al trabajo en la ciudad deportiva a finales de semana, pero es posible que LaLiga indique hacerlo el lunes 11 de mayo para todos los clubs de Primera y Segunda.

Los primeros entrenamientos del Extremadura se desarrollarán bajo unas estrictas medidas de higiene y seguridad que han de cumplir jugadores y técnicos. En esta fase 1 de la desescalada, las primeras sesiones serán individuales. No podrá haber más de seis jugadores sobre un terreno de juego. El campo se divide en seis partes y en cada una de ellas trabajará, de manera individual, cada jugador. La ciudad deportiva solo tiene dos campos de entrenamiento, por lo que Manuel Mosquera, entrenador del equipo, tendrá que desarrollar dos sesiones de 12 jugadores, con seis en cada campo.